tag:blogger.com,1999:blog-322927932024-03-23T19:20:14.432+01:00Los Tipos Duros No Escriben Blogs– You'll do as I say, and ask no questions. Do you follow my drift?<br>
– In technicolor, sir.Jake Gitteshttp://www.blogger.com/profile/07446275364108285640noreply@blogger.comBlogger82125tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-15885318038136441792020-03-23T19:13:00.000+01:002020-03-23T19:13:34.403+01:00DESTINOS VOCACIONALES<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6eIeVNnDwlhdrOreDYNDM3ykI92jMGmJsH0pqsy2o7MhB8alQT0dUYD8mqWLkUeEvvX_-Rf4TE9z2PgPJi2mtoxSbmPMkguRpaqvXBXAYFky-kdIVYyyBpDlT1tNsx3nmEdUhDA/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="546" data-original-width="1030" height="169" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6eIeVNnDwlhdrOreDYNDM3ykI92jMGmJsH0pqsy2o7MhB8alQT0dUYD8mqWLkUeEvvX_-Rf4TE9z2PgPJi2mtoxSbmPMkguRpaqvXBXAYFky-kdIVYyyBpDlT1tNsx3nmEdUhDA/s320/1.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 26px; margin-bottom: 26px; overflow-wrap: break-word;">
Cualquier tipo en el <em style="box-sizing: border-box;">Korova</em> con menos de cinco detenciones corre el riesgo de ser confundido con un policía. Incluso, en cierta ocasión,<strong style="box-sizing: border-box;"> llegó al club por un trabajo de camarera una jovencita procedente de un perdido pueblo de Arizona,</strong> <strong style="box-sizing: border-box;">y ofreció sus antecedentes penales como currículum.</strong> A Dave, el propietario del Korova, le duró la sorpresa el tiempo justo de preguntarle si podía empezar esa misma noche. En doble turno.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 26px; margin-bottom: 26px; overflow-wrap: break-word;">
Por eso todos se extrañaron la primera vez que vieron entrar a Jim McDonagh, hijo del comandante de policía de Chicago Sam McDonagh, <strong style="box-sizing: border-box;">con una hoja de servicios tan impecable que habría servido para limpiar el jabón.</strong> Jim era hermano, sobrino y primo de otros doce miembros del cuerpo, una de esas estirpes irlandesas a las que bastaría el tañido de su orina contra el suelo para que sonase como si te estuviesen leyendo tus derechos. Jim llevaba del brazo a una espectacular mujer, cobijada por un abrigo de visón y una de esas sonrisas que te enamoran, pero te dejan la certeza de que te costará salud y dinero. Le bastó con levantar la mano para pedir un par de copas, encender un pitillo y una mirada a la mesa de póker, de las que sólo se ensayan en la cárcel o en un prostíbulo, para que todos comprendiéramos que encajaba perfectamente en el local. </div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 26px; margin-bottom: 26px; overflow-wrap: break-word;">
No tardó en frecuentar el club y convertirse en un ser tan habitual como cualquier borracho o prostituta. Con el tiempo Dave me contó su historia y cómo, lejos de continuar la tradición familiar, Jim había decidido estudiar medicina. Pero mientras su padre soñaba con que algún día dirigiría un hospital, donde él mostró una verdadera vocación fue con las mujeres, el alcohol y los naipes. <strong style="box-sizing: border-box;">Le gustaba frecuentar partidas clandestinas, fiestas privadas y la clase de mujeres con las que uno se acuesta oliendo a Chanel y se levanta apestando a problemas.</strong> Hizo contactos en la noche con gente poco recomendable que pronto le vieron como uno de los suyos, hasta el punto de que la banda de Salvattore Cozzo acabó reclutándolo. Jim se convirtió en <em style="box-sizing: border-box;">Doc</em>, un médico que la banda utilizaba para ese tipo de urgencias por las que no se puede acudir a un hospital. Lo mismo entablillaba un brazo roto accidentalmente por un bate de béisbol, que extraía una bala, que solucionaba un embarazo inoportuno. Era uno de los suyos, hasta tal punto que el propio Cozzo aseguraba que el whisky Jameson de doce años y Jim McDonagh eran los dos únicos irlandeses que lo habían tocado en su vida.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 26px; margin-bottom: 26px; overflow-wrap: break-word;">
Era un tipo de pocas palabras pero con una conversación agradable.<strong style="box-sizing: border-box;"> De los que notas que lo más importante de la charla se lo ha quedado guardado. </strong>En cierta ocasión le insinué que había elegido una vida distinta de la que parecía destinado. Acodado en la barra, sin perder de vista a una de las nuevas camareras, me respondió:</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 26px; margin-bottom: 26px; overflow-wrap: break-word;">
—Toda buena familia debe tener a<strong style="box-sizing: border-box;"> alguien que manche su reputación y sirva para dar fuste a las necrológicas. </strong>A mi padre le gustaba la música del poder— me dijo mientras echaba un trago a su whisky.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 26px; margin-bottom: 26px; overflow-wrap: break-word;">
Todavía le pareció necesario explicarme algo más.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #222222; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 15px; line-height: 26px; margin-bottom: 26px; overflow-wrap: break-word;">
—A mí, muchacho, la única música que me gusta es <strong style="box-sizing: border-box;">el sonido del humo de un cigarrillo chocando contra una sonrisa barata, </strong>mientras saboreo el color de los hielos en un vaso.</div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-8895189532468845542020-02-02T10:16:00.002+01:002020-02-02T10:16:37.048+01:00VAMOS A LO FÁCIL<br />
<div style="border: none black 1.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 0cm 0cm;">
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Todos vamos a lo fácil. En la sabana los leones se acercan a
una manada de ñus, ponen el ojo en el más renqueante y se lanzan por la pieza
más vulnerable. Las cuatro de la mañana en la barra de un bar, se van
desinflando las posibilidades, te entran las urgencias, y aparcas planes,
anhelos y escrúpulos para lanzarte a por la sonrisa de guardia que tenemos la
certeza que nos dará asilo. Los atléticos no somos diferentes, mucho ‘Atleti
hasta la muerte’, ‘siempre hay que creer’ o ‘contigo hasta el final’, pero
cuando vienen mal dadas aparecen los escalpelos y la sangre a chorrear por
debajo de la puerta. Nadie se libra, ni siquiera Simeone. Una temporada tibia,
dos malos resultados y ya hay quien pide el cuerpo del Cholo en el fondo del
Manzanares relleno de plomo y que pase el siguiente. Porque vamos a lo fácil, a
abandonar el barco, y lo complicado es seguir creyendo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pocas
cosas más fáciles que cambiar de opinión. Comenzamos el año desencantados, pero
bastó la agonía contra el Barcelona y un buen partido contra el Madrid para
arrojarnos dos certezas: una, que este equipo sigue sabiendo competir y otra, que
si los que lanzan los penaltis en el Atleti son los elegidos, los descartes
deben dar miedo. Dos encuentros más tarde, cuando los resultados no acompañan,
volvemos al lodo, a nuestro rincón de la barra a lamentarnos y recrearnos en nuestras
miserias. A lo fácil. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Mientras
tanto hemos tenido un mes animado. Además de aprender que una falta,
dependiendo de quien la haga, te convierte en un fino estratega o merecedor de
ser procesado en la zona euro, el fichaje de Cavani nos ha dado para
distraernos con el enésimo intento del Atleti por rebajar el precio de un
jugador pagándolo con estampitas, bisuterías y media docena de unicornios. Aun
con la duda de si el uruguayo es hoy día un reputado goleador o los escombros
de un ex futbolista, su llegada parecía acertada, aunque sólo fuese por
encontrar un resorte que quebrase la dinámica negativa en la que estaba
instalado el equipo. Como el que va al casino y tras una mala racha comienza a
rezar, se cambia de mano el reloj o estrena una nueva baraja. En situaciones
así, uno se agarra a Cavani, a Saponjic o a Correa de portero. O desesperado busca
de madrugada al fondo del bar y se encuentra con Carrasco. Y nos basta con su
recuerdo y media sonrisa de guardia de su madre para querer ver de nuevo al
belga en el Atleti. Así de fácil lo ponemos.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf-JP7mIGsS3ZsABraBrZ_vPZqkzonPHuTtlqjn3g_a9glqgmAusUyPz-7P5dEbiYmBibzkwNNg8qm7GE2ErvzHcLugE-FdwVrhIPt7HhWlbXgRH2B_OrKbxA86ceRZVDumHUocg/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="901" data-original-width="1600" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf-JP7mIGsS3ZsABraBrZ_vPZqkzonPHuTtlqjn3g_a9glqgmAusUyPz-7P5dEbiYmBibzkwNNg8qm7GE2ErvzHcLugE-FdwVrhIPt7HhWlbXgRH2B_OrKbxA86ceRZVDumHUocg/s320/1.jpg" width="320" /></a></div>
<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Y de este
modo nos plantamos en el Bernabéu, rodeados de dudas, problemas y lesiones.
Como que el que acude a su boda de la mano de un abogado matrimonialista y con
los papeles del divorcio en la otra. Tras el partido no habrá sorpresas, y
todos afirmarán con rotundidad que lo tenían claro, que lo veían venir. Que era
el resultado lógico viendo las alineaciones. Estarán los que desde un bar, con
un ojo en Twitter, el otro en el partido y la atención en algún escote cercano,
harán en función del resultado un fino análisis del partido. Y, por supuesto,
los que recurriremos a los viejos chistes de siempre para terminar de escribir
una columna. Porque todos vamos a lo fácil.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px; text-align: left;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 31 de enero de 2020 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/vamos-a-lo-facil" target="_blank">VAMOS A LO FÁCIL</a>)</i></div>
<br />Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-56818845528139772212020-01-03T22:22:00.000+01:002020-01-03T22:22:09.523+01:00LAS CENAS DE NAVIDAD<div style="border: none black 1.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 0cm 0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibFbPfSKpBneIkyvlVmMUcZAooAwPXfMgECJSiyEx1a_WbGbje78U1SH9QXWxUKoq1AhvOt2xAGuHNBt9skaA_Zl24kzBCgimmgqnnuYHIsm9SUN9KL8X86FembaBoKHf9FtgN6w/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="557" data-original-width="990" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibFbPfSKpBneIkyvlVmMUcZAooAwPXfMgECJSiyEx1a_WbGbje78U1SH9QXWxUKoq1AhvOt2xAGuHNBt9skaA_Zl24kzBCgimmgqnnuYHIsm9SUN9KL8X86FembaBoKHf9FtgN6w/s320/1.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">A las cenas de empresa en Navidad hay que llegar con las
expectativas controladas. Te presentas ilusionado con un menú suculento, con
que el jefe te sorprenderá con un regalo y con que la rubia de contabilidad se
mostrará receptiva a tomar una copa en tu casa, y acabas de madrugada
fundiéndote en algún garito la paga extra, el hígado y la poca dignidad que te resta,
mientras escuchas a Paco, el de mantenimiento, las mismas batallas desgastadas
de todos los años. En el mercado de futbolistas navideño te puede ocurrir lo
mismo, lo abres entusiasmado por Cavani y en descuidarte amaneces resacoso y
encamado con el Richard Núñez de turno. Algo sabe de esto el propio Miguel
Ángel Gil, que llegó a la comida de las pasadas Navidades ilusionado con lo de
Morata y al rato descubrió que Lucas Hernández tenía pensado tomarse el postre
ya en Munich. En cualquier caso, es lo previsible en estas fechas. Mucho menos
habitual es lo ocurrido este año con las lesiones. Se han prodigado de tal
modo, de todo tipo y en tantos futbolistas, que por momentos parecía una plaga
bíblica. Llegó un punto en que daba la impresión que, para completar una convocatoria
de dieciocho, haría falta citar a Indi, Clemente Villaverde y el doctor
Villalón. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"> Lo
cierto es que el año se acaba y este 2019 ha transformado al equipo. Se cerró
una etapa del vestuario con la marcha de gran parte de los jugadores que
formaron su núcleo duro durante años: Godín, Juanfran, Griezmann, Filipe Luis o
Lucas Hernández. Poco antes fueron Gabi, Torres o Tiago los que se despidieron.
Y, aunque sus taquillas las ocuparon nuevos futbolistas, todavía está vacante
quien luzca sus galones. Estamos todavía adaptándonos. Es lo normal, llevas
diez años yendo todos los fines de semana al mismo bar, con la misma gente, y
cuando te lo reforman y entras de nuevo, lleva su tiempo elegir tu rincón
favorito, pillarle el aire a los camareros o acertar con la salida tras una
borrachera.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Mientras
tanto, con los nuevos mantenemos la desconfianza natural en estos casos. Recelamos
de ellos cuestionando sus orígenes, su precio o hasta su peinado. Algunos atléticos
se pasan de frenada y dudan inclusos de los veteranos, los que llevan años con
nosotros y el escudo incrustado en el pecho. En fin, tiene que haber atléticos
para todos los gustos. De hecho, tampoco en 2019 nos hemos librado de los se
esa clase que, cuando el equipo gana, aparecen para cuestionar las formas o el
estilo. Me cuesta entenderles, y siempre he pensado que se trata de gente
infeliz, que esa gente también te criticaría si saliendo por las noches,
comiendo y bebiendo lo que te gusta, gozaras de buena salud. Porque lo correcto
para ellos sería estar sano siendo abstemio, vegetariano, ecológico, y acercarte
únicamente a mujeres con las que la probabilidad de morir de aburrimiento sea
mayor que la de que te contagie alguna venérea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Personalmente, hace mucho que las
cuestiones sobre el estilo del Atleti me aburren. Soy de los que prefieren que
un jugador del Atleti en su currículum, antes que un título de bellas artes,
luzca antecedentes penales. O tatuajes patibularios antes que un máster bajo el
brazo. Probablemente, por el mismo motivo por el que en las cenas de Navidad de
la empresa siempre me coloco al lado de algún tipo que suela liarla. Para
evitar decepciones y tener las expectativas bajo control.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<br />
<br />
<i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 31 de diciembre de 2019 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/las-cenas-de-navidad" target="_blank">LAS CENAS DE NAVIDAD</a>)</i>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-14260760486647880592019-12-22T21:00:00.001+01:002019-12-22T21:00:06.985+01:00GRIEZMANN Y LAS EX<br />
<div style="border: none black 1.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 0cm 0cm;">
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Es mentira. Nadie se lleva bien con su ex, va contra la
lógica. Al menos en cualquier unión en la que haya habido más pasión que
burocracia. Cuando una relación termina, por mucho que insistamos, los deseos y
las mentiras de protocolo permanecen en aire el tiempo justo, hasta que salen a
flote los reproches, las deudas y las traiciones. Y cuando te quieres dar
cuenta, estás en casa recortando las fotos y con la duda de si alguno de los
besos no estaba infectado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Griezmann
volverá el domingo al Metropolitano y no será bien recibido, porque su relación
con el Atleti fue intensa, a fogonazos, de las que dejan la cama que no sabes
si debes cambiar las sábanas o quemarlas. Ocurre siempre en el fútbol cuando los
trofeos y las decepciones se almacenan junto a los recelos y las infidelidades.
Hasta tuvo un cuñado plomizo, de esos que aparecen en el momento más
inoportuno, tocando las narices en las redes sociales. Aun así, es innegable
que el galo fue capital en el juego del Atleti estos últimos años, hasta el
punto de convertirse en el quinto máximo goleador de la historia del Atleti.
Pero, tan cierto es eso como que, en un partido clave como la final de Milán,
Griezmann falló el penalti en el momento decisivo. Por no mencionar el
encuentro del año pasado en Turín, donde se mostró apático y distante, para más
tarde descubrir que lo jugó con el cuello de la camiseta manchado de carmín
azulgrana y aroma a pan tumaca. <o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiocw8S6CmTpdWPXiyHCd0KiQdrWBHhBrk_vbxJEPngJwhUcEdGG_6XQw7eEP13PPfGu49Y_xImmcpH3LduPOz4CA2NV0rXgvYzUAHt7pcfeqy2GctNDDcw82jB2V2pmlr7vcOpRw/s1600/1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="150" data-original-width="150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiocw8S6CmTpdWPXiyHCd0KiQdrWBHhBrk_vbxJEPngJwhUcEdGG_6XQw7eEP13PPfGu49Y_xImmcpH3LduPOz4CA2NV0rXgvYzUAHt7pcfeqy2GctNDDcw82jB2V2pmlr7vcOpRw/s1600/1.jpg" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Decía Gengis Kan que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no basta con tener éxito, los demás deben
fracasar</i>. Como soy un tipo con ambiciones de andar por casa, incluso me
basta con que los demás fracasen. Por eso se me dibuja una sonrisa de
satisfacción cuando me cruzo a mi ex y no veo ya en sus ojos la chispa que
tenían cuando estaba conmigo. Arda, Carrasco o Theo podrán contar como se
marcharon buscando la pasión con otra pareja, pero sólo encontraron problemas,
soledad y rutina. El caso de Griezmann es todavía más flagrante, ya que ha
canjeado su rol de estrella indiscutible por el de comparsa invitada. De líder de
un proyecto a cebar los mates para otros. Se ha convertido en el invitado a la
fiesta por el que nadie pregunta cuando no aparece. Desde la distancia da la
sensación de que se ha adaptado al Barcelona igual que los brasileños a los
bailes cosacos. Por eso disfrutamos viendo a los aficionados culés o sus
compañeros de equipo, escrutándole con recelo, como haría una madre cuando su
hija le presenta al novio que le puso los cuernos el verano pasado, y que
arrastra tras de si los escombros de un divorcio y un par de pensiones de
paternidad.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Griezmann eligió engordar su palmarés en el Barça antes
que convertirse en una leyenda del Atleti. Una decisión que le marcará para
siempre como un tipo que escogió pasar el resto de su vida con una mujer con la
que compartir el deportivo, la mansión y su cuenta corriente. Algo respetable,
sin duda. Pero que le aleja de los atléticos, que siempre preferimos a las
mujeres con las exista el riesgo de poder acabar en alcohólicos anónimos, en
bancarrota o con la posibilidad de contraer alguna venérea.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif; text-align: left;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 29 de noviembre de 2019 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/griezmann-y-las-ex" target="_blank">Griezmann y las ex</a>)</i></span></div>
<br />Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-66858827990199092272019-11-02T21:21:00.001+01:002019-11-02T21:21:22.189+01:00LOS CAMBIOS Y LAS REPARACIONES<br />
<div style="border: none black 1.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 0cm 0cm;">
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Llega el técnico de reparaciones a casa, evalúa tu
instalación en quince segundos y emite su diagnóstico: “¿quién coño te hizo
esta chapuza?”. Duro, contundente y sin fisuras. Da igual el cómo, el por qué o
el dónde se hizo, porque para los análisis no hay tiempo ni ganas. Aterriza un
nuevo entrenador a mitad de temporada, huele el vestuario, ve el nudo en las
botas de los jugadores, y le basta para torcer el gesto porque físicamente
están mal, como si la pretemporada y los fichajes se hubiesen hecho en la
sobremesa de una cena de empresa. Si el recién llegado es un director
deportivo, tendrá que crear nuevas estructuras. Y si la novedad es una pareja,
te toca cambiar los baños, la cocina y la cuenta del banco, porque no sabe cómo
narices has podido vivir tanto tiempo así. Si la ex pasó siquiera cerca del
colchón, ya puedes añadirlo a la cuenta.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">Vivimos
tiempos vertiginosos, donde lo que marcha se cambia, no se repara. No queda
sitio para la paciencia, ni los análisis, sólo para la inmediatez y el
cortoplacismo. Olvidamos el camino que nos ha llevado donde estamos. Cuando
alguien reclama una evolución en el Atleti, olvida que para Simeone la solidez
y la defensa han sido las bases del equipo. Olvida que con él el club ha
experimentado un crecimiento inaudito. Olvida, incluso, que de las diez ligas
que luce el Atleti en su palmarés, la mitad se ganó siendo el equipo menos
goleado. Otras tres más siendo el segundo o tercero. Y que si una cosa nos ha
enseñado la vida, es que cuando algo funciona en el trabajo, los estudios o los
bares, lo sensato es continuar con ello.<o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCSXk8Xm_4S_aB6V8170F4XPxJ96mIOPoo6Nvr8lQbftTCoeSBb4hDZwE8VUR4x0H4uLosSO8sgH9TkI3COmjw5MOEoiQJEHFGCNGJjUphKdgAbPoQwghEpYNUmhE7MDz8E8ilvQ/s1600/Simeone-en-el-banquillo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCSXk8Xm_4S_aB6V8170F4XPxJ96mIOPoo6Nvr8lQbftTCoeSBb4hDZwE8VUR4x0H4uLosSO8sgH9TkI3COmjw5MOEoiQJEHFGCNGJjUphKdgAbPoQwghEpYNUmhE7MDz8E8ilvQ/s320/Simeone-en-el-banquillo.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="background: white; color: #201f1e; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">Le ocurre a menudo a los tipos que salen pocas
noches. Van a un bar, la camarera les regala una sonrisa que pronostica </span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">sus intenciones, el itinerario y hasta el outfit para llegar
a su cama, y los tipos </span><span style="background: white; color: #201f1e; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt;">vuelven a sus hogares con el ánimo crecido y la
sensación de que la paciente esposa que aguarda en casa se les queda corta. E</span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">l Cholo comete errores y está lejos de ser infalible, pero es
posible que el mayor de todos haya sido mutar una afición que estaba alicaída
en una masa ambiciosa. Demasiados Atléticos esperan que el equipo se equipare y
compita con los más grandes, y quedan frustrados y pidiendo cambios cuando
llegan las derrotas. Porque nada da más ganas de cambio que los divorcios y las
derrotas. Pero los que hemos vivido los años complicados del Atleti, cuando las
temporadas eran tan grises que parecían una canción de Enrique Urquijo, mantendremos
la fe intacta en Simeone. Porque no olvidaremos esos años tristes en los que si
hubiesen entrado a robar a la sala de trofeos del Atleti, de las vitrinas
recientes sólo se habrían podido llevar el vacío que almacenaban. Cuando los
atléticos como mucho ambicionábamos que al acabar el partido, pillásemos el bar
abierto. Y que, con suerte, el técnico pudiese reparar la instalación sin
necesidad de cambiarla. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<br /><br />
<i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 31 de octubre de 2019 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/los-cambios-y-las-reparaciones#comment-1140" target="_blank">LOS CAMBIOS Y LAS REPARACIONES</a> )</i>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-42887781006747238082019-09-30T23:57:00.001+02:002019-09-30T23:57:16.654+02:00LAS PRISAS<br />
<div style="border: none black 1.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 0cm 0cm;">
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";">O me estoy haciendo mayor o muy lento, porque necesité
temporada y media para detestar a Seitaridis y, mientras, a otros les basta con
un par de partidos para condenar a un jugador. Son tan rápidos que le hacen la
autopsia a un futbolista antes de que su cuerpo se haya enfriado. Con un par de
resultados pasan del amor exacerbado al odio irracional, sin término medio ni
periodo de adaptación. Cambian de opinión con facilidad y no por un punto
cercano, sino por el más alejado de su posición. Puede que sólo sea una
consecuencia de un país donde su presidente una mañana cualquiera afirma que le
provoca insomnio gobernar con el mismo partido con el que ha estado gobernando
el último año y medio. O puede que yo me esté haciendo mayor y lento a la vez.</span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7w80nwsRbBN4_8yPhgvdETmTqMtVejqOf_ybqENNwupN3RsIWmlBwiuCUQ6LEFepTR_xYUie-sncjHEYp55UEogOF9KJ26LuwnMGmHB3boduJhw743WypFfElfXivGn7uUDcCFw/s1600/15630028784750.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="557" data-original-width="990" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7w80nwsRbBN4_8yPhgvdETmTqMtVejqOf_ybqENNwupN3RsIWmlBwiuCUQ6LEFepTR_xYUie-sncjHEYp55UEogOF9KJ26LuwnMGmHB3boduJhw743WypFfElfXivGn7uUDcCFw/s320/15630028784750.jpg" width="320" /></a></div>
<o:p></o:p><br />
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El
Atleti se puso líder y la hinchada destilaba ilusión con los fichajes, el Cholo
o incluso el peinado de Marcos Llorente. Todo valía. Hasta los dos fichajes de
2017, Costa y Vitolo, parecían despertar con efecto retardado. Luego llegó el
parón de selecciones e hicimos lo de siempre, aburrirnos, pensar en nuevas
elecciones o en ponernos a dieta, hasta que regresó la liga y comenzamos a
preocuparnos otra vez por las cosas importantes. Contra la Real Sociedad llegó
la primera derrota de la temporada. Es cierto que fue una derrota sin
coartadas, sí, en un partido en que salió todo mal y bastante suerte tuvimos
con que el avión aterrizara de vuelta en Madrid sin contratiempos. Pero es
igual de cierto que el Atleti seguía por delante de Madrid y Barça, o de que se
trataba de la primera derrota, pretemporada incluida, para segar tan pronto las
ilusiones. Ahora hay prisa por criticar rápido y si se puede ser hiriente
mejor. Y no podemos esconder que hay obviedades, como que a Joao Félix le están
sobrando los últimos veinte minutos de cada partido, igual que a mí los tres
últimos gintonics de los sábados por la noche. Pero igual de obvio como que
tiene diecinueve años y es un jugador en formación o que el equipo ha tenido
este año una importante transformación y necesita un periodo de acoplamiento.
Pero no hay tiempo para dar tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Llegó
septiembre, la vuelta a las clases, el periodo de adaptación de los niños y Correa
sin encontrar plaza en un cole nuevo. El argentino cotiza a la baja en el
Metropolitano y no le ha costado a la turba cebarse con él. Ni en desdeñar a un
jugador que nunca ha regateado el compromiso ni el esfuerzo. Le llegaron rápido
las críticas, los insultos y las rencillas pasadas, olvidando que en la vida
hay que apoyar a los tuyos aunque creas que se han equivocado. Y olvidando que,
sobre todo, hay que apoyarlos cuando tienes la certeza de que se han
equivocado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Quizá el
problema sea que se pierde poco y hay una corriente de atléticos que ya sólo
están cómodos con la victoria. Me interesa poco esta gente, la verdad. Son los
que sólo sienten orgullo por sus colores cuando les acompañan los triunfos. Los
que pregonan su pasión cuando hay algo que celebrar. Pero seguramente son
también los que olvidan que por muy seductora que sea la sonrisa de un
triunfador, nada puede superar la sensación de ofrecerle fuego y compartir un
cigarrillo, al tipo derrotado y con magulladuras que apura un whisky a solas al
fondo de la barra. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 30 de septiembre de 2019 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/las-prisas" target="_blank">LAS PRISAS</a> )</i>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-40677120081167066432019-09-17T00:11:00.002+02:002019-09-17T00:11:51.791+02:00LAS NOVEDADES<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background: white; color: #201f1e; font-family: "Segoe UI","sans-serif"; font-size: 11.5pt; line-height: 107%;">Me entusiasmo tan fácilmente con el Atleti que basta con el cambio de un
utillero y un par de carteles de publicidad del estadio en verano para que mire
con ilusión la próxima temporada. Estrenar algo, sea un jugador, una camiseta o
una cicatriz siempre agrada, porque los veranos ilusionan cuando hay caras
nuevas y no cuando te cruzas todos los días con las mismas en el ascensor.</span><span style="color: #201f1e; font-family: "Segoe UI","sans-serif"; font-size: 11.5pt; line-height: 107%;"><br />
<span style="background: white;">Si un político o un director deportivo dice que
pondrá todas sus energías en algo, yo revivo aquel momento en que decía a mis
padres que me iba a esforzar al máximo, que lo daría todo en la biblioteca. Y
lo daba. En la cafetería de la biblioteca, para ser más exactos. Por eso acojo
con escepticismo los fichajes o los esfuerzos denodados. Si aterriza en España
un veinteañero inglés con los brazos cargados de tatuajes, lo normal es que en
dos meses sea antes noticia por hacer balconing que por congraciarse con la
afición. Pero Kieran Trippier, con alguna frase amable y un par de sonrisas, la
base para para empezar a ligar de toda la vida, nos ha conquistado. Ya habrá
tiempo de ver cómo se le da lo de jugar al fútbol. Muy diferente ha sido el
debut de Lodi, que en su estreno como jugador rojiblanco igualó el record
histórico de Torrisi y Seitaridis —respeto a las leyendas—, expulsados en sus
primeros noventa minutos de Liga. Un precedente como para coger el primer vuelo
de vuelta a Brasil. Sin escalas.</span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicQ3dSuRoqo84lJBiUNdL-0MF2WenClLx65TKh-chEflandv5ooSUyIGaekr9JsorlVVndFd951InNs90xQkurNJ-YrbztR9v2SNvcLiTx2INHpDy1iRV94nmXN5nK-c3OVE6OlQ/s1600/portugues-joao-felix-celebra-gol-con-atletico-madrid-1565461296332.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="674" data-original-width="1200" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicQ3dSuRoqo84lJBiUNdL-0MF2WenClLx65TKh-chEflandv5ooSUyIGaekr9JsorlVVndFd951InNs90xQkurNJ-YrbztR9v2SNvcLiTx2INHpDy1iRV94nmXN5nK-c3OVE6OlQ/s320/portugues-joao-felix-celebra-gol-con-atletico-madrid-1565461296332.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<span style="background: white;">Pero si hay una novedad que de verdad seduce a
los rojiblancos, es la de João Félix. Muchos aficionados ya se han ilusionado
con él porque le ven muchas similitudes con Kaká, que precisamente es lo que a
mí me preocupa. En cualquier caso, se trata sin duda de un jugador especial que
apunta a estrella en sus regates, firmando autógrafos o encontrando un rincón
para orinar. Le bastó el primer partido para dejarnos una jugada de autor y el
segundo para urdir el lance decisivo del encuentro. También los rivales han
debido notar que apunta a algo grande, porque en ciento ochenta minutos ya le
han realizado varias de esas entradas en las que saltan sudor, sangre y la
virgulilla de su primer nombre. Este jugador durará en el Atleti un año, dos o
los que sean, pero no me voy a preocupar. Sólo pienso en disfrutarlo porque me
ha hecho recuperar aquella vieja sensación de cuando comenzaba un nuevo curso y
ya tenía a la vista las fiestas de las facultades de enfermería y magisterio.</span><br />
<span style="background: white;">Además de los fichajes, esta temporada tenemos
novedades en la capitanía. La ocuparán Koke y Saúl, dos canteranos que suman
juntos casi setecientos partidos de rojiblancos; junto a ellos, Giménez y
Oblak, otros dos jugadores a los que se les acumulan temporadas, batallas y
títulos con el Atleti. Ves este bagaje y asusta pensar que años atrás el club
adolecía tanto de ese vínculo con sus futbolistas, que nombraron capitán a
Costinha recién llegado a Madrid, cuando el liderazgo no le alcanzaba todavía
ni para organizar la cena de Navidad del equipo.</span><br />
<span style="background: white;">Y otro de las novedades que puede darse, de aquí
al cierre del mercado, es la salida de Ángel Correa. El argentino es un jugador
con talento, quizá irregular e inconstante, que no ha explotado como se
esperaba, pero con una edad en la que lo mismo puede acabar rompiendo en un
futbolista excepcional que viviendo en una autocaravana. En la grada hay
división de opiniones con él, pero un jugador con su historia, su intermitencia
y ese costurón que le atraviesa el pecho, rezuma ADN atlético.</span><br />
<span style="background: white;">La Juventus gasta este verano ochenta millones
para fichar a De Ligt y en el primer partido de liga la novedad en la defensa
es que juegan Bonucci y Chiellini. El Atleti realiza ocho fichajes, ocho
novedades en la pantilla y los dos primeros partidos de Liga los gana uno a
cero. Cholo Tancredi Simeone. Cambiarlo todo para que nada cambie. Las
novedades se nos desgastan rápido.</span><o:p></o:p><br />
<br /><br />
<i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 29 de agosto de 2019 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/las-novedades" target="_blank">LAS NOVEDADES</a> )</i>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-27632728105804707832019-06-13T00:07:00.001+02:002019-06-13T00:07:51.756+02:00SEPARACIONES, FOTOS Y VENÉREAS<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Jugadores como Godín suelen encajar bien en el Atleti, donde la sangre caliente siempre es bien acogida.</strong> El uruguayo es un futbolista de otro tiempo, en blanco y negro, que rimaría sin problema con Griffa u Ovejero. De los que al cabecear un balón te salpica de vigor, jerarquía y antecedentes penales. De los que aún celebra los goles con un grito y alzando los brazos con rabia, sin el ritual de gestos, besos y burocracia que luce algún otro defensa. Un jugador contundente, de los que impone su ley a riesgo de lastimarse. Ocurre con los jugadores como con las banderas, que los queremos más cuando los hemos visto manchados de sangre. Y al uruguayo le hemos visto manchado muchas veces.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
Y eso que con Godín no fue un amor a bocajarro.<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> El Atleti, tras años fichando defensas sacados de Wallapop, buscaba un líder para su retaguardia</strong>, sin que las apuestas por Heitinga o Ujfalusi terminasen de convencer. Pero Diego en su primera temporada mantuvo una línea irregular, sin alcanzar el nivel mostrado en Villarreal, y no faltaron rumores que le situaban lejos del Calderón. Todo cambió el segundo año con la llegada de Simeone. Haciendo pareja inicialmente con Miranda y luego con Giménez o Savic, se convirtió en uno de los baluartes del equipo, hasta el punto que su imagen en algunos partidos, inexpugnable, achicando agua en el área del Atleti, pasará por uno de los emblemas de esta época.<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> El testarazo que nos dio la Liga en Barcelona, es ya directamente un recuerdo por el que siempre tendrá la llave de nuestra gratitud, nuestro afecto o nuestra cuenta corriente.</strong></div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
La renovación de Godín estaba condicionada por la norma de renovar por una temporada a los mayores de treinta años. Esta decisión, tomada desde la lógica empresarial, parecería correcta si esto fuese banca, seguros o contabilidad, pero olvida que si algo tiene el fútbol es un componente afectivo e irracional alejado de la lógica, y que el vínculo con el uruguayo traspasaba lo laboral. Todavía cuesta más digerir esta decisión cuando su recambio pisa la treintena y le ofrecen un contrato de tres años. Su adiós deja así la sensación de que el Atleti ha actuado como esos que cuando tienen una pareja que les quiere, les cuida y les es leal, prefieren tener una aventura con un desconocido, que les dé incertidumbre, problemas y la posibilidad de contagiarle alguna enfermedad venérea. Pese a todo, <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Godín se despidió del Atleti como Humphrey Bogart de Ingrid Bergman en Casablanca</strong>, sin reproches y haciendo lo mejor para todos, aunque lejos de lo que a él le gustaría.</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitXOH5wgQMphDPxruQnwF4a3nYoL65GV9mwlOtrPTHhnoTkBXj66TDrVPt5hwLPGLfnPvB0xvWLdmNIYJ1hgMcS56iFawJbbX2jZfoFB5LhNx_kIxO4cEZzbLmO31a5ZPe7ly2kA/s1600/133383846.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="427" data-original-width="640" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitXOH5wgQMphDPxruQnwF4a3nYoL65GV9mwlOtrPTHhnoTkBXj66TDrVPt5hwLPGLfnPvB0xvWLdmNIYJ1hgMcS56iFawJbbX2jZfoFB5LhNx_kIxO4cEZzbLmO31a5ZPe7ly2kA/s320/133383846.jpg" width="320" /></a></div>
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<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
Su despedida contrastó con la de Griezmann, que empujado por el club hizo pública su intención de dejar el Atleti en un vídeo improvisado. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El francés, lejos de lo que podría parecer, ha suscitado hartazgo e indiferencia en lo sentimental. </strong>Muy mal ha debido hacerlo cuando el quinto goleador de la historia del Atleti se marcha así. A pesar de su estatus de estrella absoluta en el equipo, <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Griezmann </strong>decidió marcharse, y los atléticos hemos comprendido que aunque le dimos las llaves de nuestra casa, un cajón en nuestra habitación y un cepillo de dientes al lado del nuestro, que mientras nosotros nos ilusionábamos con que esta relación sería duradera, los niños se encariñaban con él y nuestros mayores vislumbraban un matrimonio feliz, él sólo tenía en mente hacer bien su trabajo, vestirse, coger el dinero pactado de la mesilla de noche y largarse a por otro, dejándonos por nota un triste vídeo de despedida.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
Juanfran Torres fue el siguiente en despedirse, arropado por compañeros, empleados del club y por Raúl García, Gabi y Tiago, que quisieron estar cerca de él.<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> Pretoriano de guardia de Simeone, el crevillentino además de un excelente jugador, representa todas las virtudes que puede tener un jugador de equipo.</strong> Ha corrido más de lo que la lógica, lo correcto o la sensatez habrían recomendado, hasta dejar la banda derecha del Atleti anegada de compromiso, honradez y profesionalidad. Consideró que era el momento de separarnos, pero será uno de esos ex con los que conservaremos una relación íntima, sabedores de que en cualquier momento le podrías confiar los ahorros, el piso o la custodia de los niños. Igual que con Godín, de Juanfran siempre tendremos grabada una imagen: aquella en Milán tras la tragedia, inconsolable y vencido por las lágrimas, pidiendo perdón a la grada. Conservaremos esa imagen, pero no porque le guardemos rencor alguno, sino porque todos supimos que aquellos llantos eran también los de un atlético de corazón. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Porque supimos que, cuando aquel maldito balón golpeó en el palo, el que había lanzado ese penalti era para siempre uno de los nuestros. Allá donde esté.</strong></div>
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<i style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 31 de mayo de 2019 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/separaciones-fotos-y-venereas" target="_blank">Separaciones, fotos y venéreas</a>)</i>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-27027160582808885792019-05-01T22:09:00.000+02:002019-05-01T22:09:04.302+02:00EL ATLETI Y LAS DECISIONES<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwvliwt2wwttIbKHuAl23dpPNbSZHIpl3hm0Oq5UBp1ykTsVZF3BN7jusPyeC9Hut8gFpjIdQjnVNMFX_WTpLYjarIGGgwRvpZnr3ZPG4Vip2mx11qjzlJppcH7WeJ3e7qMaK_3w/s1600/2465052-51199750-2560-1440.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="759" data-original-width="1350" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwvliwt2wwttIbKHuAl23dpPNbSZHIpl3hm0Oq5UBp1ykTsVZF3BN7jusPyeC9Hut8gFpjIdQjnVNMFX_WTpLYjarIGGgwRvpZnr3ZPG4Vip2mx11qjzlJppcH7WeJ3e7qMaK_3w/s320/2465052-51199750-2560-1440.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
Con cuarenta años lo único que tengo claro es que <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">cuando se toman decisiones no debe haber por el medio ni alcohol ni la perspectiva de sexo</strong>. Durante mucho tiempo en temas importantes como la familia, el dinero o el fútbol, he distinguido lo correcto de lo incorrecto, para luego decidirme por el camino más erróneo, y así es difícil aconsejar o juzgar a nadie. Y en asuntos como la renovación de Antoine Griezmann, más todavía.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Hace cuarenta años se estrenó </strong><em style="background: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Apocalypse Now</strong></em><strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">. </strong>Su rodaje de casi dos años fue uno de los más caóticos de la historia del cine e incluyó drogas, un tifón, el infarto del protagonista y un presupuesto que se multiplicaba por días. Una de las decisiones más controvertidas de su director fue la contratación para un pequeño papel de Marlon Brando, por entonces ya una leyenda de la interpretación, a cambio de 3 millones de dólares y cuatro semanas de trabajo. Una temeridad para la época. El actor se incorporó al rodaje al estilo de un jugador de fútbol brasileño tras el parón vacacional: sin haber leído ni una línea del guion, con cuarenta kilos de más y demorando al máximo cada una de sus escenas con la intención de cobrar su contrato sin rodar. Finalmente accedió a leer <em style="background: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El corazón de las tinieblas</em>, el libro en el que se basaba la película, y a reunirse con Coppola para armar el papel del Coronel Kurtz. Aquello casi le costó la salud y el patrimonio a Coppola, pero acabó creando una película legendaria. Y Brando componiendo un personaje fabuloso, onírico, casi hipnótico.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El sueldo de Griezmann abrió la caja de Pandora. </strong>Anunciaron su nuevo contrato y comenzó a notarse por los despachos del Atleti la brisa de los compañeros que se acercaban a preguntar por cómo estaba lo suyo. Los jugadores en seguida hicieron notar que el salario del francés duplicaba, en el mejor de los casos, el de la nómina que recibía cada uno de ellos. Comparaban con su sueldo y no salían las cuentas. Es lógico, porque en el fútbol, el trabajo o un prostíbulo, cuando llega la hora del reparto siempre observamos a los demás y anhelamos lo que no tenemos. Pero, analizándolo objetivamente, chequeando el listado de los jugadores mejor pagados del planeta, Griezmann se sitúa en el Top-5, claramente por detrás de Messi y Ronaldo y justo delante de Neymar y Luis Suárez. Y, visto así, el salario parece acorde con su estatus.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Dirigir un equipo puede ser una travesía similar a la del Teniente Willard remontando el río Nung.</strong> Una misión complicada con imprevistos, trampas y dificultades, transcurriendo por aguas tan turbias como las ideas en un bar de madrugada. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El Atleti por primera vez en muchos años ha tenido la capacidad y la voluntad de retener a su estrella. </strong>Ha aceptado que si una noche Megan Fox se muestra receptiva, no puedes dudar porque la factura de la cena y el hotel pueda ser elevada. El club realizó el esfuerzo comprometiendo su capacidad económica, esa que parece andar siempre al límite del fuera de juego, con un órdago por el francés, con el elevado coste financiero y de sensibilidades que ello supone. Posiblemente, una de esas decisiones que con el tiempo marca la distancia entre la ambición y la resignación, es difícil saberlo ahora. Pero con cuarenta años, lo que si sé es que con Torres, Agüero o Falcao no se logró, y vimos como jugadores de primer orden se marchaban del club. Con cuarenta años, lo único que sé con certeza, es que cuando una relación funciona debes apostar por ella y conservarla aunque sea pagando un sobreprecio. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Sé de sobras, que no fueron necesarios tantos años para asumir que la factura por un divorcio siempre sale más elevada.</strong></div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-60447573933503736452019-03-02T08:57:00.004+01:002019-03-02T09:01:30.948+01:00CRISIS DE PAREJA<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvH4X7QQubM_KlW1-SdD-UGZVv5rQ3UVhcywGFuGfhwhYkdRBt8j7Lcg8r3sbKa2v1PxaS5R4M78whIKch3_oRhcU5cVoo1qAhTMLArVA6AH2ql9TPjMbJJ8JzvjbrI327kCsFIA/s1600/133383846.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="660" height="290" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvH4X7QQubM_KlW1-SdD-UGZVv5rQ3UVhcywGFuGfhwhYkdRBt8j7Lcg8r3sbKa2v1PxaS5R4M78whIKch3_oRhcU5cVoo1qAhTMLArVA6AH2ql9TPjMbJJ8JzvjbrI327kCsFIA/s320/133383846.jpg" width="320" /></a></div>
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Tantas veces me han quitado la música y encendido las luces del bar con una copa recién servida que no soy nadie para indicar cuándo es el momento de marcharse. Si el tiempo pone distancia es fácil acertar, pero en el curso de las relaciones es muy complicado distinguir cuándo ha llegado el momento de renovar, de retirarse o de buscar un buen abogado y pedir el divorcio. Las relaciones son complicadas y cuanto más intensas han sido, más enrevesadas son.</div>
<div class="code-block code-block-4" style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; clear: both; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; margin: 8px 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="WEBADS_LAVIDAENROJIBLANCO_VIDEO" style="background: transparent; border: 0px; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
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</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
El próximo treinta de junio tres jugadores capitales en la era <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Simeone, Godín, Juanfran y Filipe Luis</strong>, finalizarán su contrato con el Atlético de Madrid. El club se marcó la norma de renovar año a año a los futbolistas que superaban la treintena, un criterio homogéneo y práctico que no siempre es justo. Y sino que se lo pregunten a quien limpia las placas de Hugo Sánchez y Courtois. Criterio que, además, choca con los intereses de estos jugadores, a la búsqueda del mejor contrato posible. Eso deja al Atleti en el dilema de continuidad al que se enfrentan muchas parejas, cuando atraviesan una crisis, y que suele cerrarse en falso, decidiendo tener un hijo, o con un contrato de tres años. Lo malo es que, tras el júbilo inicial, lo que suele llegar es el arrepentimiento, los reproches, una dolorosa ruptura que borra el cariño para dejar sitio a los egoísmos, y la disputa por la custodia del niño. Son tres asuntos espinosos, de difícil solución, y por eso envidio a los que tienen claro lo conveniente en situaciones así. Envidio a tipos como Pepe, un compañero de trabajo que no duda al afirmar que a jugadores tan relevantes hay que ser leales, ofreciéndoles una generosa renovación. Él, que fue infiel a su esposa con otra compañera, a la que dejó embarazada, se separó, y que poco después en un escarceo dejó también embarazada a su ex mujer. La opinión de gente con ese bagaje en las relaciones yo siempre la respeto.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
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<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> Por el momento y salvo giro de los acontecimientos, sólo Juanfran parece receptivo a esta renovación y dispuesto a prolongar un año más su vínculo. </strong>Mucho más complicados parecen los casos de Filipe Luis, que tiene claro que su futuro pasa por un último gran contrato de más de un año; y el de Godín, el capitán del equipo, que cuenta con una oferta del Inter de Milán por varias temporadas. Todavía quedan aficionados optimistas con el caso del uruguayo, pero seguramente porque esa gente no estuvo con veintitantos años de Erasmus en Milán y con su pareja a muchos kilómetros, y nunca vieron la facilidad con la que un par de sonrisas italianas zarandean la solidez de cualquier relación.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
Pocas cosas afectan más a las parejas que los celos y el dinero. La costosa renovación de Griezmann no tardó en levantar suspicacias en el vestuario, como no pasó inadvertido el contrato de Kalinic por tres temporadas, a pesar de contar con treinta años cumplidos. Tampoco parece justo juzgar igual la situación de los tres jugadores. Juanfran ha demostrado estos años una disposición y lealtad a prueba de rutinas. Filipe Luis tuvo una aventura inglesa, que se le perdonó, pero en el fondo nadie ha olvidado que un día volvió a casa arrepentido, con la melena despeinada y apestando a perfume inglés. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Y Godín, por todo lo que significa en el Atleti, no parece un jugador al que deba dársele un trato estándar. </strong>Y, más allá de todo eso, tampoco creo que debamos olvidarnos de que los jugadores, por algún extraño motivo, suelen elegir el equipo donde quieren jugar por el mismo criterio que el resto de mortales con nuestros trabajos: el dinero y el bienestar. Conviene tenerlo en cuenta.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
En definitiva, tres problemas de difícil solución para el Atleti, donde cualquier decisión queda abierta a críticas. Personalmente, si de mí dependiera, lo tendría muy claro y haría lo mismo que siempre he hecho. Ante la duda, pediría otra copa más y disfrutaría lo posible de estos tres jugadores, hasta que quiten la música y enciendan las luces.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<i style="color: black; font-family: "times new roman", serif;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 28 de febrero de 2019 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/crisis-de-pareja" target="_blank">Crisis de pareja</a>)</i></div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
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Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-57325176517022444912018-11-27T00:06:00.000+01:002018-11-27T00:06:10.153+01:00EL FÚTBOL Y LOS PLANES<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKyyWVy0kdsgUbzLtyT9qWzRA8gq2fjzlJ7KfVVXlDk-5By0hEn8QkC8Iwb5ouPos-yIM_FdhqB9cS0-oiiKVXaIqOGQOXbjkBgbAPw29maM_SIJCdLlnijJNCjFGLJd48eheJZw/s1600/simeone.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="371" data-original-width="660" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKyyWVy0kdsgUbzLtyT9qWzRA8gq2fjzlJ7KfVVXlDk-5By0hEn8QkC8Iwb5ouPos-yIM_FdhqB9cS0-oiiKVXaIqOGQOXbjkBgbAPw29maM_SIJCdLlnijJNCjFGLJd48eheJZw/s320/simeone.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
Los que piensan que los resultados en los partidos de fútbol son fruto de lo planeado por los entrenadores en las charlas previas o los entrenamientos, han salido pocas noches de bares. El día de mi treinta cumpleaños pensaba cenar solo, tranquilo, disfrutando con las tretas de <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Paul Newman</strong> en ‘El golpe’, y acabé de madrugada escapando por la ventanilla del coche de un amigo, con el tiempo justo para cambiarme de ropa y llegar a tiempo al trabajo. Las cosas rara vez transcurren como las planeamos y cualquier tipo sensato asume que los sucesos importantes no se planifican, simplemente acaecen. El fútbol, el cine y las barras de los bares son la mejor prueba. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">‘Apocalipsis Now’</strong> sería una película diferente si su rodaje no hubiese sido un infierno al que <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Marlon Brando</strong>echaba gasolina, o ‘<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Casablanca</strong>’ no desprendería aroma a whisky, humo y seducción si Bogart y Curtiz hubiesen sido abstemios. También la música tiene sus ejemplos de improvisación, como cuando <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Charlie Parker</strong> dio uno de los mejores conciertos de Jazz de la historia con un saxofón prestado porque había empeñado el suyo para comprar heroína o la ocasión en que <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Miles Davis</strong> grababa la banda sonora de ‘Ascensor para el cadalso’ y un fragmento de piel del labio se le desprendió y se quedó en la boquilla, dándole una sonoridad especial que gustó al músico y convirtió en histórica aquella banda sonora.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
En el fútbol se acumulan las muestras. Las últimas Champions del Madrid se lograron casi todas con entrenadores que llegaron a su banquillo como interinos. Ni Miguel Muñoz, ni Del Bosque, ni Zidane estaban en los planes iniciales del club. Hasta a Solari se le está poniendo ya cara de ganar la decimocuarta. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Pero pocos entrenadores son capaces de adaptarse a las circunstancias con tanto éxito como Simeone</strong>. Lo ha demostrado en multitud de encuentros, variando el resultado por sus cambios, y lo ha refrendado los últimos días en dos partidos importantes, con una plantilla corta plagada de lesionados y el equipo cotizando a la baja, cuando ya se vislumbraban días grises, de esos que deprimirían a un británico. El Cholo ha tirado de un canterano sin experiencia, ha puesto de centrales a dos centrocampistas, a un jugador lesionado de delantero centro o ha introducido cambios como el de Vitolo que resultaron providenciales para el resultado. Aunque nos guste creer que los resultados se alcanzan gracias a una hoja de ruta planificada, las más de las veces obedecen a una mezcla de improvisación, talento, azar y las copas que lleves encima. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Y en ese escenario Simeone se mueve como pez en el agua.</strong></div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
La vida es eso que transcurre mientras tomas decisiones equivocadas, y por eso los entrenadores que triunfan son los que se adaptan al presente y aciertan con ellas. El ciclo del argentino como entrenador del Atlético se inició en una temporada que comenzó con él a 10.000 km del Calderón. El entrenador, por descarte, era Gregorio Manzano, tras haber rechazado el puesto Luis Enrique, Benítez y hasta puede que Indi, y se mascaba la sensación de que era más probable coger una infección en ese banquillo que en un prostíbulo. Tras el cese de Manzano, Simeone aterrizó en Madrid adaptándose rápidamente a una plantilla que no había confeccionado y, con el tiempo, a la falta de tesorería para hacer fichajes, al traspaso de puntales como Falcao, Arda o Courtois, al fracaso de varias estrellas, a seis meses sin realizar fichajes, a un cambio de estadio y hasta a una operación de estética del escudo. <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Toda una travesía de la que el argentino ha salido indemne, que habría reducido a escombros muchos otros proyectos, y en la que el Cholo se siente cómodo</strong>, gestionando las dificultades bajo presión. Tal y como en su día hizo en la eliminatoria de Múnich o el decisivo partido de Liga en Barcelona, en que perdió en los primeros minutos a dos jugadores vitales. Simeone nos ha hecho tan felices a los colchoneros cuando estábamos inmersos en problemas que a veces, cuando no los tenemos, dan ganas de pedirlos prestados.</div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El Atlético es un club que ha sufrido demasiadas tribulaciones en los últimos veinte años.</strong> La intervención judicial, el descenso y una pésima gestión, llevó a que en los trofeos más recientes fuese necesario efectuar la prueba del Carbono 14 para recordar su origen. Se amontonaban por el Calderón el contorno de entrenadores pintados con tiza blanca en el suelo. A pesar de ello su afición ha repuesto cada temporada la fe en el equipo, incluso en tiempos tan oscuros que el mediocentro del equipo era un tal Pato Sosa. No cabe otra posibilidad con <strong style="background: transparent; border: 0px; color: #1c1c1c; margin: 0px; outline: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Simeone que mantenerle la confianza, a sabiendas de que cuanto más compleja sea la situación del equipo, más se puede esperar de él.</strong> Porque sabemos que igual que en aquella escena de ‘El golpe’, cuando Lonegan haciendo trampas nos tenga contra las cuerdas con un póker de nueves que parece decidir la partida, los atléticos tendremos la confianza de que Simeone siempre será capaz de sacar media sonrisa socarrona y cuatro jotas a juego.</div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; font-family: Montserrat, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;"><b>Pike Bishop</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; font-family: Montserrat, sans-serif; font-size: 16px; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;"><i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif;">(texto publicado originalmente en La Vida en Rojiblanco el 20 de noviembre de 2018 <a href="http://www.lavidaenrojiblanco.com/opinion/el-futbol-y-los-planes" target="_blank">El fútbol y los planes</a>)</i></span></div>
<div style="background: rgb(255, 255, 255); border: 0px; color: #333333; font-family: Raleway, Arial, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 26px; outline: 0px; padding: 0px 0px 10px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-65857034251848629732018-10-28T10:03:00.003+01:002018-10-28T10:03:46.197+01:00Deudas y Despedidas<div _ngcontent-c5="" class="detail-body" style="background-color: #f3f5f6; box-sizing: inherit; font-family: Montserrat, sans-serif; font-size: 16px; padding: 0px 4rem 2rem 2rem;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0_TZZ8qqnpwrrY-bk1hUjZoTHFlw3EUtatZMv3NwsvG5Z9KcGj7Iom2gkPOHfbDVNilyKKfwv2yOLj04nvgUIbT_iIp76U0tD-mhLeZaMrjh9HKCu54n8yDztlBoPq5lmM7LnXA/s1600/MUNDODEPORTIVO_G_2313443441-kY2D-U443637608159h5F-980x554%2540MundoDeportivo-Web.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="554" data-original-width="980" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0_TZZ8qqnpwrrY-bk1hUjZoTHFlw3EUtatZMv3NwsvG5Z9KcGj7Iom2gkPOHfbDVNilyKKfwv2yOLj04nvgUIbT_iIp76U0tD-mhLeZaMrjh9HKCu54n8yDztlBoPq5lmM7LnXA/s320/MUNDODEPORTIVO_G_2313443441-kY2D-U443637608159h5F-980x554%2540MundoDeportivo-Web.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
Las despedidas, las deudas y las enfermedades venéreas siempre llegan en mal momento. También el adiós de los jugadores trascendentales, que marcaron época en sus clubes, y cuya marcha alivia que se produzca sin necesidad de Betadine y puntos de sutura. Porque despedirse bien es tan complicado que hay que conformarse con dañar lo menos posible. Siempre es más sencillo soltar un “hola”, un “de acuerdo” o un “yo me pongo debajo”, que un “se acabó”, y todos tenemos fresca todavía alguna salida como la de Iker Casillas que, después de toda una vida entregado al madridismo, se fue contento con su segunda despedida, fría como una sala de autopsias, sólo porque la de unos días antes había sido espantosa, impropia de una leyenda de los blancos. O la de Agüero, un divorcio de manual, con infidelidades, mentiras y disputas por el dinero, al que sólo restó una pelea por la custodia del niño. O mención aparte merece la de Cristiano Ronaldo. Posiblemente el jugador más importante de la historia del madridismo que, tras nueve temporadas y un bagaje de títulos y goles descomunal, se despidió dejando el mismo lazo de afecto que el que se conserva con el director de un banco. Una relación provechosa, plusvalías para las dos partes y tanto cariño como el que se reparte en las ferreterías.</div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;">Joseba Etxeberría debutó en la Real Sociedad con diecisiete años y agitó mi conciencia para que supiese que me hacía mayor. Fue el primer futbolista de mi edad que llegaba a</span><span style="box-sizing: inherit;"> </span><span style="box-sizing: inherit;">primera división mientras yo todavía jugaba en la cantera de un equipo de tercera. Por entonces aún esperaba llegar a algo en el fútbol</span><span style="box-sizing: inherit;"> </span><span style="box-sizing: inherit;">si mejoraba mi disparo a puerta. Quince años después viajé a Bilbao para la despedida de soltero de mi amigo Jordi, y cerrar el círculo viviendo el adiós de Joseba en San Mamés. Era la retirada de un jugador de mi edad al que yo ya vi debutar. Ese fin de semana se dilapidó mi juventud, mis ahorros y un elevado porcentaje de mi hígado. Seguía pendiente la mejora de mi disparo a puerta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;">Gabi y Torres debutaron muy jóvenes en el Atlético. Incluso llegaron a compartir vestuario alguna temporada en el Manzanares, en una etapa horrible del club, tan oscura y llena de problemas que en las oficinas del Calderón se trabajaba con frontales. Se arrastraba el desastre de una gestión nefasta, agravado por dos años en las cloacas de segunda, y el equipo apenas si generaba suficiente dinero para pagar a los contables que llevaban el registro de las deudas del club. Épocas propicias para adeudar favores, negocios oscuros y mercaderes de afectos, en las que no se ganó ningún título y los atléticos casi nos conformábamos con no echar en falta ningún trofeo de los que lucían en nuestras vitrinas. Era complicado que jugadores de la cantera se hiciesen un hueco y Gabi necesitó salir por dos veces para crecer como jugador. A Torres le ocurrió justo lo contrario; su crecimiento fue tan desproporcionado respecto al del club que buscó una salida cuando el resto del equipo a su lado parecía un juguete de Playmobil. Por mi parte, creía estar aún a tiempo de entrenar en serio los lanzamientos a portería.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;">El retorno de Gabi al Atleti produjo la misma sensación que si los Reyes Magos te dejan un par de calcetines y una bufanda en el árbol. Algo útil que no ilusiona. Pero en una época marcada por centrocampistas excelsos, de juego combinativo, Gabi en cambio encontró su territorio como la prolongación de Simeone en el campo. Acostumbrado a jugar los partidos con una tarjeta amarilla y pasar el resto del encuentro como un funámbulo, eso no le impedía ser luego el primero en presionar, en convertirse en el líder del equipo y un ejemplo para los demás. Unos años más tarde sería Torres el que regresaba, ansioso por dejar sus últimas gotas como futbolista de primer nivel en una etapa histórica del Atleti. Mi amigo Jordi llevaba ya un tiempo sin saber nada de su ex mujer. Tampoco había noticias de mejora del tiro con mi pierna derecha.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;">Hay días en la vida en los que llevamos tanta prisa y todo es tan urgente que no queda más remedio que pararse en un bar y echarse una cerveza. Es entonces cuando abres el periódico y asumes que dos leyendas del Atleti, Gabi y Torres, se han despedido del equipo de su vida, esta vez para no volver. Y lo han hecho con el mismo respeto y cariño que dedicaron al club durante toda su carrera. El Niño, porque Simeone lo máximo que podía ofrecerle era el rol de tercer o cuarto delantero, algo especialmente complicado para su entorno, porque siempre es difícil aceptar ser el último plato de tu pareja cuando has estado casado antes con ella. Poco más tarde era Gabi el que anunciaba su despedida, precipitada por una devastadora oferta económica y la convicción de que levantando la Europa League se había completado un ciclo. La marcha de dos jugadores así nos deja abrazando el hueco de su ausencia, que diría el maestro. Nos deja con la demoledora impresión de que el tiempo pasa rápido, que nos hacemos mayores y de que no hay nada que hacer con mi disparo a puerta. Pero, por suerte, nos deja la certeza de que se han marchado dos leyendas impecables, sin dejar ni una maldita deuda con el club.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;"><b>Pike Bishop</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
<span style="box-sizing: inherit;"><i style="background-color: white; font-family: "times new roman", serif;">(texto publicado originalmente en Sphera Sports el 25 de julio de 2018 <a href="https://www.spherasports.com/p/1532524248-deudas-y-despedidas" target="_blank">Deudas y Despedidas</a>)</i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="box-sizing: inherit; margin-bottom: 1rem;">
</div>
</div>
<div _ngcontent-c5="" class="detail-tags" style="background-color: #f3f5f6; box-sizing: inherit; font-family: Montserrat, sans-serif; font-size: 16px; padding: 0px 4rem 2rem 2rem;">
</div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-13329939113948637742018-10-18T23:10:00.000+02:002018-10-18T23:10:16.745+02:00Fútbol, bares y mujeres<div style="background-color: white; border: 0px; font-family: "Open Sans", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 1.25rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Me gusta tanto el fútbol que sólo pongo los partidos en la tele para comprobar si lo que estoy leyendo en Twitter es correcto. Salvo el <em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Atleti</em>, el resto de equipos me producen tanta pereza que todos los encuentros se me hacen largos. Tal vez porque este deporte me interesa cada vez menos que lo que algunos opinan sobre él. Hace poco compartía esta idea con Quique, uno de esos amigos imprescindibles cuya conversación siempre está cargada de sentido común, aunque de su brazo esté colgando una jeringuilla con heroína: <em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Pike, amigo, hemos llegado a un punto en que a nosotros, más que los partidos, lo que nos entretiene es su periferia. Los gestos, los detalles o los tacones de Inma Rodríguez, hace ya tiempo que nos interesan más que los goles, los regates y las polémicas</em>.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; font-family: "Open Sans", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 1.25rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Aunque lleva razón, no siempre fue así. Hubo una época en que el fútbol me apasionaba y ni dejaba escapar ningún partido ni me perdía los programas nocturnos de radio. Especialmente si eso aplazaba el momento de sentarme a estudiar. Si los miércoles había Champions nunca había examen al día siguiente, porque necesitaba ver también los resúmenes. Jugaba en varios equipos, leía los periódicos y las charlas con los amigos eran al noventa por ciento sobre fútbol. <strong style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El otro diez por ciento, como para Best, desperdiciábamos el tiempo</strong>. Me obsesionaba tanto este deporte que muchos allegados se hastiaban de mí o incluso mi novia de entonces se ilusionaba con encontrarme algún día una mancha de carmín o el aroma del perfume de otra mujer, antes que con el MARCA bajo el brazo.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; font-family: "Open Sans", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 1.25rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Es difícil saber que produjo este cambio. Descarto, desde luego, que sea por <strong style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">esa corriente de odio al fútbol moderno</strong> que me es ajena, y lo más probable es que ocurra igual que con el resto de amores, que conocen un estado febril, sobre todo en sus comienzos, que deriva con el tiempo en un cariño diferente, más sereno y sincero. También con el cine me ocurre algo similar. Tras muchos años de ardor, tengo ahora la sensación de que las películas de mi vida ya las he visto y tengo lleno el altar de mitos . Cualquiera de las que ahora consideran obras maestras, se me hacen bola y me interesan más bien poco. Sólo, en raras ocasiones, tropiezo con una película que no conozco de nada, me engancha, y le hago un pequeño hueco entre mis preferidas, contento por renovar el repertorio y mantener la fachada de cinéfilo. Eso sí, renegando de los éxitos comerciales.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; font-family: "Open Sans", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 1.25rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Tal vez el motivo sea que me inquieta más la hora en que mi hijo sale de inglés que la del comienzo de los partidos de Champions. O puede que sea por las facilidades que ahora tenemos. No hace muchos años, apenas se podían ver un par de partidos de fútbol por semana. Dos o tres más si había copa o competiciones europeas. Ahora es diferente y se puede ver casi cualquier liga del mundo. Todos los encuentros, la información o las estadísticas las tenemos tan al alcance de la mano, como tantas veces soñamos, que ya no nos apetece verlos. Y cuando se está jugando unas semifinales de Champions yo estoy viendo en YouTube un vídeo con los goles de Ravanelli. Algunos tipos somos así, <strong style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">nos gusta más un bar oscuro con el cierre a medio bajar que el que está de moda y abarrotado</strong>. Nos atrae bastante menos una mujer codiciada que la que te puede dejar sin corazón, sin cartera y con una gran infección.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; font-family: "Open Sans", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 1.25rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Estoy seguro de que por eso me seduce <em style="border: 0px; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Gameseven.es</em>. Porque es ese bar que acaban de abrir unos amigos, y a mí me gustan los locales vacíos que todavía huelen a pintura e ilusión. Cuando los camareros roban dinero de sus casas sólo para que la caja registradora del bar no esté vacía. Es en esos locales donde me siento a gusto, en familia. Y más todavía, porque sé que dentro de un tiempo es probable que sea uno de esos lugares abarrotados, donde ya nadie te conoce y hay que hacer cola para entrar. Y en los que un tipo como yo sólo puede acudir para que el portero le prohíba la entrada.</div>
<b>Pike Bishop</b><br />
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<i style="font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(texto publicado originalmente en Game Seven el 25 de septiembre de 2018 <a href="http://www.gameseven.es/futbol-bares-y-mujeres/" target="_blank">Fútbol, bares y mujeres</a>)</i>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-8568762232304451612018-09-13T16:33:00.001+02:002018-09-13T16:33:43.176+02:00El Mundial y las fronteras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrkx9e0jE42i7eCfScK4hn70G0sb0z6_VAo2CSDq4NR20ZaaoPFqciqq7jKqXtNFDUNm5poTLIGCC94LS3_hQR4M6b29gSgT4OoUFsNu0nEDIAMg7lxRYzkrjirB-QjmAF8C2Q7A/s1600/MundialRusia2018.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="334" data-original-width="446" height="239" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrkx9e0jE42i7eCfScK4hn70G0sb0z6_VAo2CSDq4NR20ZaaoPFqciqq7jKqXtNFDUNm5poTLIGCC94LS3_hQR4M6b29gSgT4OoUFsNu0nEDIAMg7lxRYzkrjirB-QjmAF8C2Q7A/s320/MundialRusia2018.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Tuve una infancia tranquila, con tiempo para identificar claramente a mis villanos preferidos: <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Angela Channing</strong>, <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Transfer</strong> y <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Bélgica</strong>, que nos había echado del Mundial del 86. En cambio a mi hijo le ha bastado esta semana un rato de tele, con el Mundial y el telediario, para detestar a Trump, Cristiano Ronaldo y Plankton. Todavía no he logrado comprender por qué misterioso razonamiento infantil el portugués y un dibujo animado comparten estatus con un tipo capaz de ordenar que los niños sean separados de sus padres y encerrarlos en jaulas al cruzar la frontera de Estados Unidos, pero así funciona el cerebro de los niños.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Tampoco sé el motivo de que le gusta la selección de <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Islandia</strong>, que vuelve a ser una agradable sorpresa. Porque son un equipo rocoso, de los que te montan una valla con concertinas en su centro del campo complicadísima de superar. Su mérito es enorme y su hazaña es tan emocionante que yo sólo puedo ir con Uruguay. Un equipo excesivo, áspero y tribunero, cuyo juego parece siempre cargado de antecedentes penales, pero que despierta mi simpatía por su competitividad. Los uruguayos han ganado sus tres partidos. A su modo, pero han pasado de ronda. Y a otra cosa. Juegan los partidos como sus cartas un universitario en la barra de un bar a las cinco de la mañana, con urgencias y sin escrúpulos, pero les está funcionando. A muchos parece molestarle su estilo, pero no seré yo quien les critique. He visto demasiadas noches que varían su rumbo en la frontera del amanecer por propuestas que podrían rozar la roja directa, como para no simpatizar con los charrúas.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Este Mundial se está caracterizando porque las potencias futbolísticas están sufriendo para resolver sus encuentros. <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Argentina</strong> convierte cada partido en un drama y no es descartable que algún jugador acabe la competición pidiendo asilo en una de las embajadas de Rusia si no consiguen el pasaporte a octavos. Su partido frente a Croacia fue tan pobre que el único tiro a puerta que hicieron en noventa minutos se lo dio Caballero en el pie. Brasil y Alemania han salvado los muebles por el momento. A última hora y con prisas, encontraron el salvoconducto para solventar sus partidos, igual que el estudiante que llega por los pelos a clase, coge de milagro el autobús o salva el examen encontrando de quien copiar en los últimos cinco minutos. Les cuesta un mundo encontrar un túnel por el que colarse en las áreas rivales y eso les hace ir al límite. Porque para vivir al límite no es preciso jugarse la vida todos los días ni desactivar un par de bombas antes de comer, basta con ir en coche a recoger a tu hijo al cole y no encontrar aparcamiento o con probar la sospechosa ensaladilla que hay en la nevera. En este Mundial los grandes están descubriendo lo que es eso, pero ganan igualmente, de forma rácana y casi sin merecerlo.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Y eso es algo que debemos tener claro que sólo le ocurre al resto de equipos. Porque si es el nuestro el que vence así diremos que lo ha hecho por épica, oficio o fe. Hasta el día exacto en que perdamos, que será el momento en el que nos apresuraremos a explicar los problemas que arrastrábamos y teníamos claramente identificados, pero por deferencia patriótica manteníamos en silencio. Porque lo cierto es que <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">España</strong> pasó muchos apuros en sus tres partidos. Primero contra Portugal, donde empatamos gracias a dos goles de <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Diego Costa</strong>, que cuando golea siempre parece un poco más español. Frente a Marruecos gracias a los palos y al bendito VAR, que traspasó un gol de la frontera de la duda. Y más grave fue el partido contra Irán, que se dejó dominar, se atrincheró en su campo y en la única ocasión que pisó el área contraria en la primera parte estuvieron a punto de pedirle los papeles a su delantero. Le llovieron las críticas a Irán por jugar así. Carvajal y algunos periodistas españoles tiraron de supremacismo futbolístico para indignarse, al estilo <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Xavi Hernández</strong> viendo al Atleti. Porque eso es otra cosa que también debemos tener clara: los equipos deben jugar como a nosotros nos interese que jueguen, no como ellos estimen conveniente. Y si no lo hacen diremos que practican el anti fútbol, un juego arcaico o cualquier otra cosa. En cambio, si somos nosotros los que nos encerramos o perdemos tiempo, lo llamaremos jugar con el marcador, paciencia u oficio, que es el término socorrido que vale para casi todo.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Al final te das cuenta de que en fútbol ocurre exactamente igual que en las fronteras y dependerá del oficio del inmigrante para que lo llamemos ilegal, sin papeles o subsahariano, o simplemente un fichaje exótico para el equipo. Según lo que nos encaje ese día.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<b>Pike Bishop</b></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="color: black; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(</span><i style="color: black; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">texto publicado originalmente en Diarios de Fútbol el 26 de junio de 2018 <a href="http://www.diariosdefutbol.com/2018/06/26/el-mundial-y-las-fronteras/" target="_blank">El Mundial y las fronteras</a> )</i></div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-121189787018271442018-08-19T20:12:00.001+02:002018-08-19T20:12:50.315+02:00Cristiano y su legado<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8APOkL-uWt7SwO3slFGh3VI_jXl_Cn57zMnxcwgv_MlTrphBTnVkXzFmN12KNFW5NveytVfCx7tWr24Ge0j1rCHTtevdAtnjAY4NxXaA7upPGSgsypsf_nqBPakt6UieL86tElw/s1600/CristianoRonaldoPortugal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="620" height="206" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8APOkL-uWt7SwO3slFGh3VI_jXl_Cn57zMnxcwgv_MlTrphBTnVkXzFmN12KNFW5NveytVfCx7tWr24Ge0j1rCHTtevdAtnjAY4NxXaA7upPGSgsypsf_nqBPakt6UieL86tElw/s320/CristianoRonaldoPortugal.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Es morena. De belleza sin fisuras, ojos a juego con sonrisa azul y un cuerpo dispuesto a dejar cualquier corazón en bancarrota. Además, es mi vecina. A pesar de ser tan atractiva utiliza kilos de maquillaje, perfumes -de cien euros el frasco- y ropa exageradamente ajustada y escasa. Si el azar nos hace coincidir en el ascensor, es tan llamativa que no puedo dejar de no mirarla. En el trayecto del ascensor me comporto como un juez de fondo en los partidos de fútbol, aparentando estar atento mientras me esfuerzo en no ver nada comprometido. Tan incómodo que me concentro en aprender el teléfono de emergencia, su fecha de revisión o, si hace falta, leo los números en braille de los botones de las plantas. Es una mujer tan excesiva que atraganta y cuando le dices ‘hola’ no puedes levantar la vista más allá de la punta de los zapatos.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
La vida es eso que pasa mientras el <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Real Madrid</strong> gana Copas de Europa. En blanco y negro, en color o HD, el Madrid sigue acumulándolas y ha logrado en veinte años las mismas que el siguiente en el palmarés de toda la historia de competición. Nada menos que cuatro de las últimas cinco. Arrasa en las finales con una rutina burocrática que sólo nos deja sitio para hablar de la periferia del partido: las pifias de Karius, las agresiones de Ramos, o el color de los confetis en la celebración, cualquier cosa que nos supla la falta de emoción. Por suerte en esta faceta <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Cristiano Ronaldo</strong> es un valor seguro que nada más terminar la final decidió acaparar el protagonismo que no tuvo en el encuentro. Por un lado hizo lo que tantos hemos intentado en la fiesta de Navidad, aprovechando la euforia del momento, dejando caer al jefe su deseo de una subida de sueldo. Por otro, es difícil ver una imagen suya de la celebración que no contenga un gesto recordándonos sus cinco Champions. Y por si a alguien se le escapó, él se encargó de recordarlo en las entrevistas sugiriendo que la competición debería cambiar su nombre a <em style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">CR Champions League</em>.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Hay que guardar siempre las formas. En los ascensores, las celebraciones o transportando un cadáver en el maletero del coche, es importante mantener la compostura. Lo sabemos bien los que acostumbramos a quedar varias copas por encima de lo protocolario en las fiestas. A Ronaldo le es indiferente porque su obsesión es ganar, hinchar su currículum y, ya de paso, su cuenta corriente. A las personas normales no nos preocupa dejar un legado. Nos contentamos si por nuestros actos el camarero recuerda cómo tomamos el café, pero los que ya tienen ganada su página en la historia sí se preocupan por el recuerdo que dejarán. Es algo habitual de los presidentes de EEUU en sus últimos años de mandato y norma en Ronaldo, que parece desconfiar de que los estadísticos hagan bien su trabajo y teme que extravíen alguno de sus registros. Cinco Champions League, una Eurocopa, Balones de Oro, Pichichis, Ligas y una lista enorme de éxitos que perfectamente podría instalar al portugués en la cima de la mítica del madridismo, por encima incluso de Di Stéfano, pero da la sensación de que lo que Cristiano desea no son homenajes ni cariño, sino un notario que levante acta de sus éxitos.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
En breve comenzará el Mundial. No sería descabellado que Ronaldo aúpe a <strong style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Portugal</strong> y agregue este trofeo a su colección. Ni que lo acompañe con el de máximo goleador de la competición o el de mejor jugador. Como tampoco lo sería que si lo logra dedique luego un rato a recordarnos que ha ganado una Eurocopa y un Mundial. Personalmente, creo que nunca hay que subestimar el ego de una estrella y a un jugador como el portugués lo querría siempre en mi equipo. Su juego y su ambición son formidables para competir, pero me incomodan sus ostentaciones. Si Ronaldo logra el título se pondrá en lo más alto, al nivel de leyendas como Pelé o Maradona, pero a pesar de ello, no podré evitarlo. Mientras lo veo celebrar me sentiré incómodo, bajaré la vista y apenas podré levantarla de la punta de los zapatos.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<b>Pike Bishop</b></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; margin-bottom: 15px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<i style="color: black; font-family: "times new roman", serif; font-size: 16px;">(texto publicado originalmente en Diarios de Fútbol el 13 de junio de 2018 <a href="http://www.diariosdefutbol.com/2018/06/13/cristiano-y-su-legado/" target="_blank">Cristiano y su Legado - Por Pike Bishop</a></i></div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-56051565712767254772018-05-30T01:21:00.003+02:002018-05-30T01:28:05.844+02:00SHACKLETON Y EL LIDERAZGO<div style="border: none black 1.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 0cm 0cm;">
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">Un líder aparece en los momentos trascendentales. En el
colegio, el trabajo o decidiendo el bar para las copas, aparece para tomar las
riendas. Por muchos manuales de autoayuda o sesiones de coaching que tengas, el
liderazgo es una virtud innata: se tiene o no se tiene. Un líder se impone
desde el carisma no desde la autoridad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<i><span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Se buscan
hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frío ext</span></i><i><span style="background: white; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">remo, meses de completa
oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento
en caso de éxito<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">No llega a treinta palabras que siguen
siendo la envidia de cualquier publicista. Fue el anunció al que respondieron
más de cinco mil hombres, publicado en un diario hace un siglo por el
explorador Ernest Shackleton, con el objetivo de alcanzar el polo sur y
atravesar la Antártida de costa a costa en un viaje glaciar de casi 3.000
kilómetros. El 1 de agosto de 1914 el Endurance partió del puerto de Londres con
veintiocho tripulantes a bordo, pero el barco quedó atrapado en los hielos del
polo y se hundiría finalmente. El fracasó de la misión podía haber quedado como
apenas un par de líneas en los libros de historia, pero acabó convirtiéndose en
una de las más legendarias hazañas de la exploración. Shackleton estableció un
campamento en el hielo y lideró en todo momento a sus hombres, manteniendo alto
su ánimo y la confianza en el regreso. Tomó decisiones, alguna muy arriesgada, como
sacrificar para alimentarse a los perros que arrastraban los trineos o el viaje
que emprendió hasta Georgia del Sur junto a otros seis tripulantes en busca de
ayuda, mientras el resto de la tripulación permanecía en el campamento. Dos
años después de su partida los veintiocho tripulantes del Endurance, sin perder
ninguna vida, regresaban a sus casas. Cuando se acariciaba el desastre,
Shackleton mudó un fracaso en hazaña y cambió la historia para siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border-bottom: 0cm none black; border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-border-bottom-alt: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-bottom-alt: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-bottom: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">El Atleti cayó en la fase de grupos de la Champions League. Poco después
era eliminado por el Sevilla de la Copa del Rey, mientras en la Liga la
distancia con el Barça se antojaba ya inalcanzable. Lamentos, críticas y
legiones de forenses afilando sus escalpelos para practicar la autopsia a la
etapa Simeone. Se hablaba de discursos acabados y de jugadores en decadencia,
en un equipo que no se había podido reforzar en verano por la sanción del TAS. </span><span style="font-family: "times new roman" , "serif"; font-size: 12.0pt;">Días tan grises y tristes que deprimirían a un británico. <span style="background: white; mso-highlight: white;">Pero los líderes nacen para estos
momentos complicados. Cuando la lógica, la sensatez o un juez han dictado
sentencia, entrenadores como Simeone hacen caso omiso y refuerzan su fe en el
grupo. Mantienen la confianza en los suyos y ejercen su liderazgo para conducir al equipo y esquivar el fracaso cuando otros
ya daban la temporada por desahuciada. Desoyendo las críticas para pelear cada
partido de liga como si el Barcelona no estuviera invicto y en números de
campeón intratable.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="border: none; line-height: normal; margin-bottom: 10.0pt; mso-border-alt: none black 0cm; mso-border-between: 0cm none black; mso-padding-alt: 0cm 0cm 0cm 0cm; mso-padding-between: 0cm; mso-padding-top-alt: 0cm; mso-pagination: widow-orphan; padding-top: 0cm; padding: 0cm; text-align: justify; text-indent: 36.0pt;">
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt;">Unos meses después, el Cholo ha vuelto a lograrlo. Ha
variado lo que parecía el rumbo al desastre, logrando que el equipo compita en
la Liga hasta el final y que la afición mire con interés al escote de la Europa
League. Hemos pasado de recelar de esta competición, como unos jóvenes en un
bar a las diez de la noche, a mirarla con los ojos del universitario a las
cinco de la mañana con el bolsillo lleno de preservativos que se muere de ganas
por reservar una cama en las vitrinas del Metropolitano. Cuantas veces no
habremos vivido eso.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Porque seamos claros, <a href="https://www.blogger.com/null" name="_gjdgxs"></a>por las aguas del Manzanares
han encallado más barcos que en el Atlántico. Aunque no tan gélidas como las
del polo sur, sus aguas han sido lo bastante traicioneras como para ahogar los
proyectos más sólidos. Tan frías como la estadística: dieciséis presencias en
semifinales europeas en ciento quince años de historia. Y de ellas, por cierto,
cinco con Simeone. El dato demuestra que el argentino ha sabido conducir el
barco como nadie antes. Por eso merece que confiemos en él aunque nos pida que
nos comamos nuestros perros o quememos nuestras naves para calentarnos. Se ha
ganado que confiemos en él incluso cuando está equivocado. De hecho se ha
ganado que, si está equivocado, confiemos en él más todavía.</span><br />
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span>
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> <b>Pike Bishop</b></span><br />
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span>
<span style="background: white; font-family: "times new roman" , serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">(<i>texto publicado originalmente en Diarios de Fútbol el 3 de mayo de 2018 </i></span><span style="font-family: times new roman, serif;"><i>http://www.diariosdefutbol.com/2018/05/03/shackleton-y-el-liderazgo/)</i></span>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-37890430544243035752015-09-17T10:56:00.001+02:002015-09-17T10:56:13.515+02:00Policías y profesionales<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgylUgAgfEfsPgu51BA10wjDZqTbipXfS5CJNzZlUAX8IQgIjG4s8hP0szNyBWOIOFSPNj0OnJqyKDdvHBBVBHAOgH8mCzn5IBNevmG2hYNw4VNFwx70QutZuMF-M9nSJKzRG-Trg/s1600/mafia.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="214" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgylUgAgfEfsPgu51BA10wjDZqTbipXfS5CJNzZlUAX8IQgIjG4s8hP0szNyBWOIOFSPNj0OnJqyKDdvHBBVBHAOgH8mCzn5IBNevmG2hYNw4VNFwx70QutZuMF-M9nSJKzRG-Trg/s320/mafia.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
- Chico, la decisión es tuya.
Tienes dos opciones: la primera es tenerme cada noche aquí, haciendo preguntas,
molestando a clientes y arrestando a cualquiera sin motivo. Eres consciente de
ello, ¡tú mejor que nadie sabes que en este bar es sospechosa hasta la forma de
tocar el piano de Larry! Y la segunda, muchacho, es pagarme y yo me ocuparé de
que nadie te moleste.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Dave Mannilow, propietario del
Korova, escuchó esa frase unos meses atrás saliendo de Lester Coleman, sargento
de policía de Chicago. Y aceptó.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cada semana Lester pasó por el
local a recaudar lo pactado por su protección. Dave, desconfiado por naturaleza,
nunca lo vio claro. El club estaba tranquilo y no había problemas, pero le
incomodaba tener en nómina un poli corrupto. "Pike” - me decía - “las cosas
tienen un orden natural. Es como si una de las chicas del club montara una
clínica de tratamiento de enfermedades venéreas”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con el tiempo, Lester delegó la recaudación en
dos hombres de su confianza en la comisaría: Zack Cassidy, un irlandés
gordinflón, y Hank Nueces Collimore, conocido por llevar siempre los bolsillos
de estos frutos secos que no cesaba de comer. Pero a ellos no les bastaba con
cobrar y les gustaba pasar un rato disfrutando del local. Al poco, el par de
cientos se convirtió en quinientos dólares semanales y, además de las chicas,
aquellos polis daban buena cuenta del whisky del club.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para cuando Dave reaccionó
aquellos tipos se habían instalado en su local, ocupando a las chicas y
saqueando su bodega. La gota que colmó el vaso fue la noche que Rose Seeborn
volvió al Korova con los ojos morados. Rose era una de las chicas mas populares
del Korova, capaz de hacerte el amor en colores, pero para Zack Cassidy no fue
suficiente y prefirió divertirse con ella a golpes.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Dave tuvo claro que estaba en
problemas y debía tomar una decisión. Ni siquiera con sus raíces judías, por
las que pedía presupuesto por escrito antes de acostarse con una prostituta,
escatimó gastos: contrató a Mad Sam DeEstefano,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un sicario profesional acostumbrado a golpear y esfumarse después por
unos meses en Italia, esperando que escampara la polvareda. Vinculado a la
banda de Frank Nitti, Mad Sam era un tipo de reputación impecable, un auténtico
profesional, de los que podían dispararte en seis idiomas diferentes y con años de experiencia en el currículum. Después, la gente de Frank
Nitti, se encargaba de repartir hábilmente algunos dólares para tapar su
trabajo. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las
muertes de los dos esbirros de Coleman pasaron inadvertidas. A Zack Cassidy le
tirotearon en un callejón. A pesar del plomo que llevaba en la barriga el
forense afirmó que barajaba la hipótesis de la obstrucción intestinal<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como causa más probable de la muerte. La
autopsia a Hank Nueces Collimore afirmaba que había muerto por una indigestión
de nueces. El detalle de que se las hubiera tragado con cáscara lo dejaba pasar
por alto. Algo más de revuelo despertó la muerte de Coleman que apareció en un
burdel, desnudo, vestido únicamente con un billete de cien dólares y cerca de
cincuenta tiros en el cuerpo. "Hallado el cadáver de un inspector de policía, se
sospecha que pudo ser asesinado," llegó a arriesgar la breve noticia que
apareció en la página dieciocho del Chicago Esquire. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Aunque
se trataba de un policía, los chanchullos de Lester Coleman eran conocidos
entre sus compañeros, y ninguno puso ahínco en aclararlo. Con el periódico en
la barra del Korova comenté el asunto con Dave. Él, sin dejar de secar las
copas, me comentó con la rotundidad del que sabe de lo que habla: "Pike, amigo,
llevo demasiado tiempo en este mundo como para estar cómodo en este asunto. Si
una cosa me ha enseñado esta ciudad, es que cuando ha de hacer tratos con gente
que está fuera de la ley, uno ha de asegurarse que, al menos, sean
profesionales."</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
— Para dominar la naturaleza primero se debe aprender a obedecerla.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
William of Baskerville (Sean Connery) · El nombre de la rosa</div>
Jake Gitteshttp://www.blogger.com/profile/07446275364108285640noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-77464340396857072032015-06-15T15:33:00.002+02:002015-06-15T15:47:28.676+02:00Breve homenaje a José Luis Alvite<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg6DBO4F2HIy1gtfxrmtxCu5R5OabCJxOANhbPWRYTy0hQDvCxvxLAE0CfmtxEMm1vAq1q9yV9dDMNd-Fu6KySMBlJ_KH4x85WVNffLD9QGt4jSleAo4HCE5Ir2ucZux78nhQ33A/s1600/5341504466_9284d37a3b_b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="267" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg6DBO4F2HIy1gtfxrmtxCu5R5OabCJxOANhbPWRYTy0hQDvCxvxLAE0CfmtxEMm1vAq1q9yV9dDMNd-Fu6KySMBlJ_KH4x85WVNffLD9QGt4jSleAo4HCE5Ir2ucZux78nhQ33A/s400/5341504466_9284d37a3b_b.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
Aunque esperada, la noticia no fue menos devastadora. Incluso a un tipo como Dave Mannilow, el ladino dueño del Korova, con el cuentakilómetros en la reserva, le costó encajar el golpe: el viejo periodista José Luis Alvite ha muerto. Unos meses después, me dijo: <i>Pike, los dos sabemos que soy incapaz de improvisar una historia sin un abogado de oficio delante. Por favor, escribe unas palabras para su homenaje.</i> Y fui incapaz de negarme.<br />
<br />
<i>Durante muchos años José Luis – Joe – fue el cronista de las noches; fue quien retrató a todos los actores de la madrugada, plasmando con esmero a los protagonistas y aún mejor a los de reparto. Desde la barra del bar grababa palabras que publicadas a la mañana siguiente hacían que a sus lectores el café con leche les supiera a whisky y tabaco, y el beso de despedida de su esposa a burdel y pecado.</i><br />
<i><br /></i>
<i>Joe ha sido un tipo duro. Sin vocación de trascender, sus columnas eran esperadas por lectores y por compañeros de profesión que no ocultaban su envidia por ese tipo que era capaz de incluir metáforas en la lista de la compra. Por las noches, hacía compañía a sus personajes, en la barra de su nuevo bar de toda la vida, mientras los cigarrillos y la ginebra hacían pensar a cualquiera que si le hicieran un chequeo lo único que encontrarían funcionando en su cuerpo sería el mechero.</i><br />
<i><br /></i>
<i>A Alvite nunca le interesaron los ganadores, le parecían esos tipos molestos e imprescindibles creados sólo para que existieran los perdedores. En un mundo con boxeadores, pianistas, barmans y coristas era donde él se transportaba, hasta el punto de que era menos probable que la frase de su epitafio saliera de un escritor que de la puerta de un cuarto de baño. Cuenta la leyenda que hasta llevaba escrita en la mano una dirección falsa, para que cuando se emborrachara nadie cometiera la imprudencia de devolverle a su casa.</i><br />
<i><br /></i>
<i>Alvite nos ha dejado. Conservaremos sus artículos, varios libros suyos en los que se esforzó por poner desinterés en que no se publicaran y un puñado de entrevistas en que cada respuesta parece brotar de un tipo cuyo talento podría desahuciar a la mitad de los columnistas de este país. A partir de ahora tendremos que convivir con la certeza de que su Savoy ha cerrado y que cuando cualquier otro nos hable de noches, de mujeres o borracheras, a su lado, serán siempre puro garrafón.</i><br />
<br />
<br />
— Es una jactancia pensar que uno es un ser especial. ¿Crees que has inventado las borracheras?
— No, pero podría patentar las mías.
Sheriff John T. Chance (John Wayne) & Dude (Dean Martin) · Río BravoPike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-17275118983934942622015-03-25T17:32:00.003+01:002015-03-25T23:12:20.462+01:00Réquiem para teclado y carro<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvSbUjQwEC7j0Tur0FrSpiuIjDR3_23ZJmoNCv_aj_gG3cjbFDmGAwjnnzrgDowR7lo0Zi-fsO8XnOEV2YJ_XRcMi47NvPxvaA_zp4HiU_5PBzhEIx7cXmW0FArdOG3zDmUm6PyQ/s1600/november-10-2012-180.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvSbUjQwEC7j0Tur0FrSpiuIjDR3_23ZJmoNCv_aj_gG3cjbFDmGAwjnnzrgDowR7lo0Zi-fsO8XnOEV2YJ_XRcMi47NvPxvaA_zp4HiU_5PBzhEIx7cXmW0FArdOG3zDmUm6PyQ/s1600/november-10-2012-180.jpg" height="221" width="400"></a></div><div><br></div><div>A José Luis Alvite.</div><div><br></div>
— ... lo dijo con aquella voz áspera y neblinosa, nasal debido al esfuerzo por recuperar el aliento al final de cada coma. El whisky, precipitado gota a gota durante años, había horadado en su garganta una caja de resonancia ideal para las crónicas de sucesos. <i>— El cáncer, muchacho, — </i>me dijo<i> — es el compañero más fiel que he tenido en años y tengo el vicio de la lealtad.</i> — Así fue como me explicó que no iba a dejar el tabaco.
— La enfermedad, agazapada durante años, no había esperado en el rellano y, silenciosa al principio, pero tenaz como una abnegada madre después, había convertido sus pulmones en un fuelle cicatrizado y en permanente huelga que sólo se activaba a golpe de tos. — <i>Además, me he trabajado una exquisita reputación esquivando consejos sensatos, sería cínico por mi parte cambiar de hábitos.</i> — No había rastro de indolencia o desidia en su justificación, sólo el aplomo y la certeza de un tipo al final de la escapada.<br>
Habían pasado tres días desde la muerte del columnista Lewis Alvin, y su amigo, el doctor David Gist, se acodaba en la barra del Korova mientras hablaba con Charlie Irons.<br>
— Recuerdo sus dedos — continuó Gist —. Amarillos, casi desteñidos y cuarteados como un pergamino. Recuerdo un verano en que los cigarrillos le habían dejado en el dedo corazón una marca lívida, como una vitola blanca en un bronceado habano. Recuerdo que incluso una vez le vi airear su habitación con un pitillo... Recuerdo el humo con el que anudaba sus metáforas. El cáncer había carcomido sus entrañas pero no va a difuminar el carboncillo de esos recuerdos.<br>
<br>
Gist levantó un dedo para pedir una copa para él y otra para Irons.<br>
<br>
— Yo sabía que no estaba dispuesto a ser el tipo que espera la decisión del jurado (aún cuando la incertidumbre del veredicto se atenuaba con cada zarpazo de dolor) mientras cuenta los rombos de su jersey — ahora era el periodista Charlie Irons quien hablaba —. Seguía apareciendo por la redacción con un horario tan inestable como las promesas de un político. La única constante era su absoluta aleatoriedad y el respeto que infundía en los más jóvenes. John Talbot, jefe de internacional, aseguraba que había algunas máquinas de escribir que todavía tartamudeaban en su presencia, intimidadas por aquella metástasis de símiles y aforismos.<br>
— Aquel falso y estudiado desaliño en su forma de vestir, aquella caótica agenda laboral, contrastaba con la solemnidad y rotundidad de sus escritos. Con cada palabra, el folio iba transformándose en mármol y las teclas en el cincel que lo esculpían.
Una noche salí tarde del periódico y lo encontré en su mesa, asomándose al precipicio de la montura de sus gafas para ajustar el papel al rodillo de su Underwood nº3. Con una camisa de cuadros tan anacrónica como aquella maravillosa máquina. Esa misma noche me confesó. <i>— ¿Sabes muchacho? Yo quise ser músico de jazz, incluso aprendí a tocar el piano, pero abandoné cuando me di cuenta de que ni siquiera sus teclas negras dejan manchas de tinta.</i> — Supongo que es lo que todos bautizarían como un periodista de raza. Supongo que él mismo podría considerarse como tal si no detestara la expresión.<br>
Las manos de Irons tamborileaban sobre una barra despejada, huérfana ante la demora del camarero.<br>
— Su ex-esposa me pidió que escribiera un discurso para su funeral. Fue como pedirme que asesinara a un revólver. El panegírico digno de Lewis tendría que ser autobiográfico y leído por la camarera de un club. Cualquier otra cosa sonaría afectada. Dios, en lo único que podía pensar era en coronas fúnebres con dedicatorias del condado de Bourbon y el estado de Tennessee. Tus amigos Chesterfield y Lucky no te olvidan. En letras negras. Sobre un círculo rojo.<br>
<br>
Dave Mannilow, el dueño del Korova, se dio cuenta de que llevaba tres vasos de Jim Bean etiqueta negra para solo dos clientes. La maldita costumbre. Una costumbre que llevaba tres noches de riguroso luto.
<br>
<br>
<br>
<br>
— La muerte de cualquier hombre me hace sentir más pequeño, porque tengo un compromiso con la humanidad. Por eso, nunca trates de averiguar por quién doblan las campanas, están doblando por ti.<br>
Robert Jordan (Gary Cooper) · Por quién doblan las campanas.Jake Gitteshttp://www.blogger.com/profile/07446275364108285640noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-30932741167852146972014-12-31T15:16:00.001+01:002014-12-31T16:32:47.398+01:00 La leyenda de los Valientes<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6o9qNzJWj5KDiIbYAadnZuNHL-9awoXoxdob6irBQpGCKHGADQx_zmKCruUn4Nh7MwF4Ijh4wUQluLAngqiMnwIZ_Yj_gTASn5zNkRrLjGCPl5gbXdSF0DJBPPtiW07aC9S__Lw/s1600/blog.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: small;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6o9qNzJWj5KDiIbYAadnZuNHL-9awoXoxdob6irBQpGCKHGADQx_zmKCruUn4Nh7MwF4Ijh4wUQluLAngqiMnwIZ_Yj_gTASn5zNkRrLjGCPl5gbXdSF0DJBPPtiW07aC9S__Lw/s1600/blog.jpg" height="180" width="320" /></span></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: small;"><br /></span></div>
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> Era
una leyenda. Un tipo duro del que hasta su aliento generaba encanto. Su
aspecto, con más de ciento noventa centímetros, enorme espalda y una mirada
negra y expresiva hasta hacerte sangrar los oídos, bastaban para despertar
admiración. Pero eran sus labores las que le hacían respetado.Todos las
conocían. Y por eso le apreciaban.</span><br />
<span style="font-family: inherit; font-size: small;"><span style="line-height: 115%;"> Leonard trabajaba para Frankie Yale.
Pasó por todos los puestos: cobrador de apuestas, guardaespaldas o chofer. Daba
igual. Todos los trabajos los hacía de forma impecable, ganándose la fama de
tipo pulcro y profesional. </span><span style="line-height: 115%;">Su popularidad se incrementó cuando
se casó con Lisa Marone, la preciosa hija del propietario de una cadena de
lavanderías. Lisa arrastraba los escombros de un matrimonio anterior y con un
tipo como Leonard había reencontrado la ilusión. Unas horas después de
conocerse estaban en la cama. Tras una semana vivían juntos. Entre risas y con
una copa en la mano ella lo explicaba sin problemas:</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> Una mujer necesita sentirse viva.
Mi matrimonio fue un desastre. Mi esposo era capaz de hacerme el amor sin
deshacer la cama. Aquello fue tan aburrido que me habría conformado con que mi
marido manchara la tapa del wáter al orinar. Con Leonard todo es diferente
–decía sin perderle de vista y media sonrisa-. Con un tipo así a veces tengo
que tener cuidado de que su fama no me deje embarazada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;">También
Leonard estaba rendido a ella. Una chica atractiva, alegre, con el color de su
sonrisa a juego con el del hielo de tus whiskys es lo que tiene. Por eso, a
todos nos sorprendió que una semana después de que dos tipos vaciaron sus
Thompson en su coche, llenando a Lisa de plomo y agujereando el brazo de
Leonard, él fuera capaz de volver al trabajo con más energía que nunca. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> Tras
perder a Lisa, los siguientes tres años aceptaba cualquier encargo, sin medir
los riesgos. Los chicos notaron el cambio: nada le espantaba, despreciaba la
prudencia y con el tiempo empezaron a temer su valentía. No lo reconocían en
público pero se había vuelto casi temerario. Evaluaba una situación y siempre
optaba por la opción más directa que solía aparejar mayor riesgo. Empezó a
realizar los encargos sólo, con predilección por los arriesgados. Al volver, la
reacción de los chicos siempre era la misma: sorpresa y admiración, echando más
troncos al fuego de su leyenda. Es increíble, me dijo un miembro de la banda,
como a un tipo como él, por muchos tiros que hayan, nunca se le magulla la
reputación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> Poco a poco su fama hizo que fueran
dejándole de lado y él se volvió esquivo y arisco. Frankie Yale, sabedor de la situación
le asignaba los trabajos más complicados. Si había que cobrar alguna deuda en
un local en el que era previsible encontrar hostilidad, mandaba a Leonard; si
podían haber tiros, mandaba a Leonard. Y cuando hubo que tratar un asunto con un
poli, con el riesgo que lleva siempre enfrentarse a un tipo con pistola y
placa, Leonard fue el hombre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> A Peter McKenzie, un joven poli
irlandés, le gustaba apostar en las carreras y arrastraba una deuda con Frankie
Yale. Éste encargó a Leonard que gestionara el asunto. Y él optó por la vía
directa. Abrió la puerta del Kavanagh´s, pasó entre cerca de una veintena de
policías, agarró la cabeza de Peter y la estampó dos veces contra la barra.
Luego le acercó su cara la suficiente para mancharse de sangre y decirle:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> - Tienes una semana.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> Sea por el asombro de su
atrevimiento, por el alcohol que los polis acumulaban o ambas cosas, lo cierto
es que Leonard salió tranquilamente del local, sin más muesca que las astillas
de la nariz de Peter, cuando lo lógico es que alguna de las más de veinte
pistolas que habían allí le hubiera descerrajado un tiro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> Cansado, huraño, volvió luego al
Korova, a su rincón de la barra, a esperar el siguiente encargo, enjuagando con
whisky sus historias y el recuerdo de Lisa. Una noche que estaba a mi lado,
tras pedirme unas cerillas, no pude evitar preguntarle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;">- ¿Leonard como lo haces? ¿De donde sacas
tantas agallas? -le dije, sin pensar que me descubriría el origen de su valor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;"> Sacudió
el brazo apagando la cerilla mientras el humo del cigarrillo salía de sus
labios y trabajosamente me miró.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small; line-height: 115%;">- ¿Agallas? –preguntó con fatigada
sonrisa-. ¿Sabes Pike?, me hace gracia tu pregunta. Porque lo cierto es que
hace ya tres años que trato de reunir el valor suficiente para quitarme yo sólo
la vida.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: small;"><span style="line-height: 115%;">- La gracia de ser valiente es no
serlo demasiado.</span><br /><span style="line-height: 115%;">Capt. Thomas Archer (Richard Widmark) · El gran combate</span></span></div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-12602201211033351792014-08-07T15:05:00.000+02:002020-03-23T19:17:26.999+01:00Al otro lado de la barra<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgct5uhVidVvR53emcAnu0H0KO9TXt3CpKs-ykhDV4De0D6Vs0au72BgKFhoaFeAdv8OXEC3yl-ncllH66WVhtgFKP4WPVY4_MhAvvnhOSY0QoDGC_lLESMFdpLJ2noq8990G_8fA/s1600/speakeasy_2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgct5uhVidVvR53emcAnu0H0KO9TXt3CpKs-ykhDV4De0D6Vs0au72BgKFhoaFeAdv8OXEC3yl-ncllH66WVhtgFKP4WPVY4_MhAvvnhOSY0QoDGC_lLESMFdpLJ2noq8990G_8fA/s1600/speakeasy_2.jpg" width="320" /></a></div>
Las noches al otro lado de la barra son para profesionales. Para tipos acostumbrados a atender a clientes arruinados y limpiar la barra de escombros de pasiones con las formas diligentes y asépticas de un cirujano. Según presumía Dave Manilow, el ladino dueño del Korova, “son casi modernos
hombres del renacimiento, expertos en leyes, psicología, economía, relaciones
de pareja…”. Lo que la visión romántica de Dave no citaba es que
invariablemente estos tipos eran calamidades en sus vidas. Capaces la misma noche
de servir mil copas sin desperdiciar una gota, mientras derramaban su
matrimonio sobre la barra.</div>
<div class="MsoNormal">
Hay
camareros sentenciados para la profesión, como Ray Jennings. Un tipo intachable
en su cometido y una ruina para todo lo demás. Trabajó en el Korova quince
meses de forma ejemplar, ganándose el aprecio de todos. Discreto y atento en su
labor, al acabar su turno Ray olvidaba el camino de regreso a casa. Partidas
clandestinas, whisky o cualquier escote, lograban que su mujer e hijos
olvidaran su cara durante días. Hasta que una noche en una partida, hirió con
una navaja a un tipo y mató su matrimonio: le cayeron cuatro años de prisión.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nada más salir de la cárcel Ray volvió al Korova. Dave nunca
tuvo problema para contratar a tipos cuyos antecedentes hicieran juego con las
arrugas de su camisa. Al poco, una noche cerrando, charlé con Ray sobre su
vuelta al club. Divorciado y sosegado, era un tipo nuevo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
- Cuando salí de la cárcel regresé a Chicago con la
sensación de arrastrar varias maletas llenas de vacíos. Todo parecía cambiado,
la ciudad me parecía ajena…, ¡como si hasta el maldito lago Michigan lo
acabaran de estrenar! Pero muchacho, al entrar en el club uno reconoce su casa.
Verás Pike, yo nunca tuve un hogar. Éramos siete hermanos y mis padres tenían varios
trabajos para servirnos un poco de hambre tres veces al día. Con quince años me
fui de casa y con diecinueve entre en un matrimonio que apestaba a burocracia.
En mis siete años casado creo que no dejó de llover ni un solo día. Me aficioné
al juego, al alcohol…. Pero, ¿sabes Pike?, he cambiado. Ahora estoy bien
–apuntaba tranquilo mientras limpiaba la barra. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br />
Pero
esa etapa duró para Ray hasta la noche en que miss Florida del 67 actuó en el
club reconvertida en cantante: ciento ochenta centímetros de eslora y una
sonrisa a prueba de una división de artillería. La clase de mujer que te
hechiza y detestan tu madre, tu hermana y tu contable, y que por más que lo
intentes acaba deslizando tu mirada hacia su escote.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Él sabía de carrerilla el protocolo para conquistar a una
mujer así: restaurantes caros, joyas y ropa. Al poco de empezar con ella Ray
comenzó a pedir prestado: primero a Dave un anticipo de su sueldo y luego a
cualquiera de los usureros que pululaban por la ciudad. Y de nuevo Ray estaba
metido hasta el cuello en deudas con tipos de Chicago, a los que la sonrisa les
huele a diez años y un día.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sabedor del problema en que nadaba, en su última noche
liquidó con Dave, recogió sus pocas pertenencias y se marchó hacia la estación
de autobuses. Mi última imagen suya es su contorno en la salida del Korova, con
una pequeña maleta en la mano y dos dedos en la frente a modo de saludo
militar, a la caza de su siguiente fracaso.<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Fue el viejo profesor Gus Revert, que había conocido
incontables camareros, quien mejor comprendió la situación. Pike, muchacho, es
siempre la misma historia. Estos tipos vienen, atienden la barra, hacen su trabajo y nunca falta un maldito
dólar al cuadrar la caja. Pero acaban marchando porque realmente, su única
preocupación, es como borrar de su brazo el nombre tatuado de la próxima mujer
que van a conocer.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<br />
<br />
— El barman es el aristócrata de la clase obrera, puede conseguir todo lo que quiera<br />
Doug Coughlin (Bryan Brown) · CocktailPike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-60052906786844751052014-04-30T23:23:00.003+02:002014-04-30T23:23:23.515+02:00¡Feliz Navidad!<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijYRbRpljFQBBp1gCcFWCNqEDsn8Xea47c7FqhW8RssuikDwOzPEhj0MFvEUnRlDzoKUKSdu8hBBOHKQ08TKsZAiOij8HgcghMnLqEENzYOmGyTPsOOP183HNqKQChkfdf7tNRFw/s1600/sad_santa.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijYRbRpljFQBBp1gCcFWCNqEDsn8Xea47c7FqhW8RssuikDwOzPEhj0MFvEUnRlDzoKUKSdu8hBBOHKQ08TKsZAiOij8HgcghMnLqEENzYOmGyTPsOOP183HNqKQChkfdf7tNRFw/s1600/sad_santa.jpg" height="320" width="268" /></a></div>
Nada en el Korova me recordará que ésta es la noche de Navidad. Ningún ornamento navideño
infectará el humo del club. Las camareras vestirán su poca ropa habitual y no
habrá variación alguna en los adornos. El único cambio en la decoración del
local de los últimos quince años, seguirá siendo el del día que encontramos el
contorno de un tipo pintado con tiza en el suelo. Tendré la seguridad de que el
único Papa Noel que podría encontrar, estaría fuera, en el callejón, con la
barba sucia y los pantalones por los tobillos, a punto de dejar un regalo en la
boca de una prostituta.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Esta noche
sólo encontraré clientes con el deseo de aislarse de una época del año que
detestan. Encontraré mujeres que en las vísperas de su escote me jurarán una
noche de amor eterno. Pediré mi whisky solo, ocuparé mi sitio en la barra y
trataré de olvidar aquellas navidades infantiles en que todavía creía en Santa
Claus y pensaba que si nunca llegaba a mi casa era porque al salir, probablemente le habrían robado el jodido trineo. No guardo buenos recuerdos de
las navidades de mi infancia. Mis padres me dieron una holgada vida de escasez,
donde no cabían los regalos. En casa la comida escaseaba hasta tal punto que a
veces teníamos que chuparnos las manchas para llevarnos algo a la boca. Pasábamos
tantos apuros que si un ladrón hubiera entrado a robar a mi casa la noche de
Navidad, habría dejado algún regalo en el árbol para que no lo encontráramos
vacío.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
En el Korova estaré
bien porque nada me recordará que es Navidad. Entraré al local, mis ojos
tardarán unos segundos en acostumbrarse al descenso de luz y dejaré que a mis
oídos, en lugar de villancicos, lo rieguen las miradas turbias de las
camareras. No habrá ningún tipo preocupado por llegar a casa tarde para la cena.
En el club hallaré la poca luz justa y ni un solo brindis; y hasta las falsas
promesas, en lugar de a algún familiar, se harán a mujeres que tengan la moral
en barbecho, al tipo de mujeres a las que les bastaría un par de besos para hacerte
orinar sangre. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sí, esta será una gran noche. Después de otras muchas noches de Navidad en las que mi mejor
momento era cuando chocaba con un borracho, y no encontraba una maldita rama de
muérdago encima de nuestras cabezas.</div>
<br />
<br />
<b style="text-align: -webkit-center;"><span style="font-family: Arial; font-size: x-small;"><br /></span></b><span style="background-color: white; font-family: 'Trebuchet MS', Verdana, Arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.91499900817871px;">— </span><span style="text-align: -webkit-center;"><span style="font-family: Arial; font-size: x-small;">Puede que yo sea tu mejor amigo y aun no te hayas dado cuenta<br />1st Sgt. Edward Welsh (Sean Penn) · La Delgada Linea Roja</span></span>Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-67820845594687554822013-10-28T23:08:00.003+01:002013-10-30T15:46:27.056+01:00Come on Chuck Simmons!<b id="docs-internal-guid-1a49a611-0116-afef-27ae-6eb60d262eb6" style="font-weight: normal;"></b><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgITmoSQ_uz9vLa1zJKPk8NxL_jeLs_DN5MpH0WMSTViDTpftik7hCasp7HbllEVHrOmInUb22RVH8BJMScq-GcMZfUHvpDEIizbmmI_vSy9Q1xO7HlRikJvgSrjPdl-oWKqmOzCw/s1600/wrigley_field.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="268" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgITmoSQ_uz9vLa1zJKPk8NxL_jeLs_DN5MpH0WMSTViDTpftik7hCasp7HbllEVHrOmInUb22RVH8BJMScq-GcMZfUHvpDEIizbmmI_vSy9Q1xO7HlRikJvgSrjPdl-oWKqmOzCw/s320/wrigley_field.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Recodos del tiempo. Así es como Dave Mannilow bautizó las viejas fotografías que aspiraban a disimular el ruinoso estado del papel pintado de la pared tras la barra del Korova’s Club. Aquella noche, tras cruzar la vidriosa frontera de la embriaguez, me detuve en una de las muchas estampas que tan mal encajaban en un club donde había varias órdenes de busca y captura contra la felicidad. 4 sonrientes jóvenes con el uniforme de los Chicago Cubs arropaban a un quinto hombre - atractivo, maduro, impecable traje negro, una infame cantidad de gomina, sonrisa calibrada sin margen de error y un brillo en las pupilas impropio del sepia de la imagen -. Aquellos ojos de zorro pertenecían al dios de una mitad de la ciudad, al hombre que resucitó hasta dos veces a un equipo con la derrota tatuada en el espíritu; aquella mirada era el santo y seña de Chuck Simmons, el legendario entrenador de los Cachorros...<br />
<br />
<i>Los jóvenes de Cicero imprimían su currículum en calidad borrador y todas sus ilusiones se convertían en papel mojado, ahogado más bien, por una realidad que, en aquel barrio, sólo conocía la connotación peyorativa del término. Los jóvenes hispanos de Cicero tenían incluso menos opciones. Dos concretamente: los White Sox y los Cubs. El joven Chuck Simmons, tuvo que elegir pronto entre el cegador brillo de las pálidas medias y la inmaculada historia de los White Sox, o las breves y famélicas alegrías, cultivadas como en barbecho, de los Cubs. Chuck Simmons tomó el camino equivocado. Y acertó. Desde su santuario entre la segunda y tercera base, Chuck lideró la defensa de un equipo temible, que fagocitó sus complejos y acabó con su leyenda negra en las Series Mundiales. Dentro del campo era el alma y el coraje que empuñaban el resto de sus compañeros. Fuera era el altavoz de cuarenta mil gargantas que movían a empellones al equipo. Pero Simmons se marchó. Y el eco del alirón se consumió apagado con sordina.<br />Cuando 15 años después, Chuck regresó al Wrigley Field como entrenador, se encontró un equipo aterido de miedo (al éxito, al fracaso, al ostracismo), el calco de un boxeador con la mandíbula de cristal, preso en su propio estadio y con el runrún de su público como carcelero. Al cruzar la puerta del campo el primer partido tras su regreso, el club rejuveneció de golpe, y Simmons con él. Y todo cambió. Se incautó de la tristeza de los jugadores, y con una consigna innegociable, el sacrificio, desplegó un juego alegre y eficaz, seductor e implacable. Y todo ello con una plantilla que quizá no era la mejor de la liga, pero que asumió y entendió al club, y fue la mejor que aquel equipo habría podido desear.<br />Los cuatro jóvenes de la fotografía que acompañaban a Simmons formaban una trinidad tan imperfecta y genial que necesitó de cuatro vértices y varios decimales. <br />Allí estaba Gilbert Grabois, un tallo de Nueva Orleans al que para mirar a los ojos se necesitaban cadenas. Con tila en las venas y las sinapsis nerviosas amputadas. Un primera base que jugó su primer partido con toda una carrera de experiencia, con la cara de un niño y las hechuras y cicatrices de un veterano de guerra.<br />De pie junto a Gilbert se encontraba John Francis, exterior derecho, defenestrado por unos White Sox con los que no casaba su estética, y lo que era peor, su ética. Un jugador que podía alardear de que jamás alardeaba y que hizo del esfuerzo su bandera.<br />El más cercano a Simmons era Murat Taraman, catcher; una paradoja, una celada, una trampa, una emboscada con piernas. Imprevisible y genial. El brazo ejecutor de Simmons en el diamante.<br />Y un poco más alejado del resto se hallaba Dick ‘Dirty’ Coast, el bateador estrella de aquel mítico equipo. Coast era un jugador que dejaba un rastro de tierra quemada a cada paso y una nube de azufre con cada home run. Mascaba nicotina e insultos a sus rivales, y su mirada - a los ojos, enfocando con dos agujeros negros que atrapaban el coraje del enemigo - bastaba para que los exteriores retrocedieran varios pasos cuando se acercaba a la caja de bateo. Coast golpeaba de forma tan violenta a la pelota que cuentan que una tarde el entrenador de los New York Mets situó a sus exteriores fuera del Citi Field cuando Dick se dirigía a batear.</i><br />
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Aquella fotografía autografiada, aquellas caras alegres, encajaban en el Korova como un tutú en la cintura de Rocky Marciano o una ametralladora Thompson en los brazos de Joan Fontaine. Por eso esperé un instante más. Y creí escuchar a Simmons decir: “Hace 15 años tomé el camino equivocado. Hoy he vuelto a hacerlo. Y he vuelto a acertar.” Debió ser la ginebra.<br />
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— ¿Cómo no ser romántico sobre el béisbol?<br />
Billy Beane (Brad Pitt) · Moneyball<br />
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<br />Jake Gitteshttp://www.blogger.com/profile/07446275364108285640noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-37090581474890414642013-10-08T15:38:00.003+02:002013-10-08T16:54:06.395+02:00Fotos Marchitas<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuXEPCLpk2x2P-vRpP4zWzLcqC6BaV5ob6rrhj2_ZMR4UnV9Jp169QLNw5uEe0mWDzF7ZtytNVbQpJicIhtnhA06yqP3SMbFhk9GawGrlRZ7S110ZcCCzJi-lLVMx7EXR7aqt7-g/s1600/post_pablo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuXEPCLpk2x2P-vRpP4zWzLcqC6BaV5ob6rrhj2_ZMR4UnV9Jp169QLNw5uEe0mWDzF7ZtytNVbQpJicIhtnhA06yqP3SMbFhk9GawGrlRZ7S110ZcCCzJi-lLVMx7EXR7aqt7-g/s320/post_pablo.jpg" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Era cliente
por temporadas. Pasaba meses, incluso años, por cualquier parte del mundo,
tomando fotos de alguna perdida guerra, para faltarle tiempo a su vuelta de prodigar en
el whisky del Korova el puñado de miseria que había conseguido ganar.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
A
Arthur Dorff no le gustaba hablar. Lo que tenía que decir lo hacía con fotos.
En el Korova los chicos aseguraban que ni siquiera le gustaba el whisky y no se
lo decía a Dave por ahorrar saliva. Empalmaba cigarrillos y whiskys, a solas, y
solo escasas veces se dejó acompañar por una chica a algún motel. En cierta
ocasión se marchó con Kristin Neil, una vieja amiga. Siempre me intrigaron tipos
como aquel y a la noche siguiente no pude evitar la tentación de interrogarla. “Pike <span style="font-weight: bold;">—</span>
me dijo <span style="font-weight: bold;">—</span> cuando te acuestas con un tipo
así no te limpias el semen, te limitas a recoger sus escombros”. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
Poco o nada
sabíamos de Arthur, solo rumores. Era un tipo hosco, reservado, muy discreto.
Lo único que conocíamos eran sus fotos. Crudas, desgarradoras, muchas de sus
imágenes podrían chorrear sangre. Imágenes tan duras que hasta un tipo del club
aseguraba que lo habían echado de varias guerras por violento, pero siempre
creí aquello una exageración. Sin duda fue Dave Manilow, el ladino dueño del
Korova, quien mejor le comprendía. “Pike, echa un vistazo al local. Todos estos
tipos vienen aquí escapando de su vida: matrimonios quebrados, trabajos que
huelen a diez años y un día, y jardines de deudas. Fíjate en Arthur, él no huye
de los de los horrores de las guerras. Un tipo como él busca encontrar aquí las
ruinas que echa de menos”.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Recuerdo
la única ocasión en que hablé con Arthur. Llegó al club a primera hora, cansado, avejentado,
con aspecto de llevar tanto tiempo sin dormir que hasta a su whisky le habían
salido arrugas. Arthur se percató que le miraba “Esta maldita profesión <span style="font-weight: bold;">— </span>se
justificó <span style="font-weight: bold;">—</span> ha cambiado tanto… . Cuando
yo comencé este trabajo te jugabas la vida y cobrabas por ello. Y a ese le
respetaban. Ahora todo ha cambiado. La maldita televisión manda. Un
tipo sale dos minutos en ese chisme, haciendo un análisis de lo que pasa en la
otra punta del mundo desde un estudio, y se hace rico y famoso, y por la tarde
vuelve en coche a casa con su mujer y su hija, mientras los tipos que se
dejaron la vida por llevar unas fotos o unas imágenes nunca son reconocidos.
¿Sabes? Ayer murió un amigo. Más de veinte años haciendo fotos en guerras sin
un maldito dólar para comprar medicinas al retirarse. Andaba tan apurado que en
sus últimos días vagaba por las calles, tan miserable, que hasta los mendigos
hacían cola para dejarle limosna.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
En ese momento
me percaté en una pequeña caja que Arthur llevaba consigo y había dejado sobre
la barra, al lado del whisky. “Es muy triste muchacho <span style="font-weight: bold;">— </span>dijo poniendo una mano
encima <span style="font-weight: bold;">— </span>pasar tu vida de guerra en guerra, para a tu vuelta encontrarte con
que en el tanatorio al incinerarte les hace falta ponerte al menos un par de
trajes para reunir las suficientes cenizas”.<br />
<br />
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<span style="font-weight: bold;">—</span> Comparados con la guerra, los demás aspectos de la conducta humana son triviales.<br />
General George S. Patton Jr. (George C. Scott) · PattonPike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-32292793.post-90068957434728319242013-06-04T14:09:00.003+02:002013-06-05T00:33:39.815+02:00Las noches más largas<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicRDCLn9fsjO9nSbJsrF1Y4Src60zDs_dy01SQ3thj_OpXXU8jczvqxob61RQxz3G7OQWPTy0BGD5q7CLnLH7dZLiPhbBayQsKFAbUstItPvYmrrQBRthQa7Az1uTq-e6lPXT27w/s1600/tumblr_inline_mn8zjnNE821qz4rgp.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicRDCLn9fsjO9nSbJsrF1Y4Src60zDs_dy01SQ3thj_OpXXU8jczvqxob61RQxz3G7OQWPTy0BGD5q7CLnLH7dZLiPhbBayQsKFAbUstItPvYmrrQBRthQa7Az1uTq-e6lPXT27w/s320/tumblr_inline_mn8zjnNE821qz4rgp.png" width="320" /></a></div>
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Gus Paddy se retrasa. Sentado en el Korova, aburrido de la conversación con el whisky, prendo un cigarrillo, abro mi cartera y hago balance de recuerdos. Mientras Coltrane va pariendo acordes, surge un inventario de nostalgias: varias notas en servilletas con direcciones y nombres lejanos, casi ajenos; la factura de un motel, la más cara de mi vida, treinta dólares y un divorcio fueron el precio, como para olvidarla; y una foto, una instantánea amarillenta, ajada, que el tiempo emborracha de nostalgia.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
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Unos
tipos sentados en la mesa de un bar, con más botellas que vasos, y la niebla de
varios paquetes de cigarrillos. Me gusta mirar aquella imagen, en silencio, y que
suenen en mi cabeza las risas que se adivinan en la foto. Nos la hicieron por
sorpresa, celebrando algo que no recuerdo porque hace tanto tiempo que ni
siquiera habíamos empezado a ser jóvenes. Tanto tiempo, que estrenábamos sonrisa cada
día y hasta nuestra saliva era una novedad. Nos creíamos invencibles, con la
sensación de que habrían bastado un par de aspirinas y tres whiskys para curar
un infarto. Aquellos años estábamos tan acostumbrados a emborracharnos que cuando no lo estábamos nos quitábamos las gafas para verlo todo borroso. ¡Dios que
tiempo! Allí estaban Crazy Louis, Mitch, “Big” John, Phil, Jules, y algún
otro. También Joe “el cieno“, aquel tipo al que una vez habían echado de un
prostíbulo por vicioso. ¡Qué grupo! Años divertidos, a los que parece que les
robaron meses.<br />
Acabó casi sin
darnos cuenta. Dan Enke fue el primero en marchar para aceptar el trabajo de
una empresa de publicidad en New Jersey. Mitch se casó y cambió aquella vida
por otra mucho más aburrida, en la que hasta los besos sabían a burocracia. Poco
a poco llegó el final del ciclo de otros. Cuando Jesse Moyes marchó a Denver a
trabajar en una empresa de transportes supe que todo había acabado. Su
despedida fue el fin.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Gus
fue el último. Se marchó a vivir a una zona residencial de las afueras, donde
el único humo posible es el de las velas en las tartas de cumpleaños. Pero él, como yo, es de los que piensa que
llegamos a una edad en que ya no se hacen nuevos amigos, sino que hay que
esforzarse por conservar los que ya tenemos. De cuando en cuando buscaba una
excusa cuando para dejar su casa y caer por el Korova.<br />
<br />
Al llegar se
sienta a mi lado, coge la foto, la observa un rato, y deja entrar aquella época
loca, de bares, mujeres y noches. De una etapa que no volverá. “Eran buenos
tiempos. Esas cenas eran geniales, no cesábamos de reír todo el rato – me dice –.
Ahora, las únicas frases interesantes
que oigo son las del camarero recitando la carta”. Me devuelve la foto y da
un profundo suspiro. Puedo ver en su cara la nostalgia de una época pasada
maravillosa. Más divertida de lo que pueda ser ninguna.<br />
– ¿Lo echas de
menos?<br />
– ¿Sabes Pike? – dio
una profunda calada. Soltó el humo lentamente, mirando distraído a una de las
camareras al pasar –. Te diré algo. La vida siguió su curso, soy feliz. Y no me
arrepiento de haberme ido, de alejarme de aquello. Pero te lo confieso, echo de
menos aquellas carcajadas. Maldita sea Pike – me dijo muy serio– a veces,
algunas noches, no puedo dormir cuando el maldito silencio ya no me deja oír el
ruido de las risas.<br />
– Pon dos más,
Dave. La noche será larga.<br />
<br />
– Por las noches
sale gente de todas las clases. Putas, macarras, ladrones, traficantes de
droga… Algún día llegará una lluvia que limpiará las calles de esta porquería.<br />
Travis Bickle (Robert de Niro) · <o:p></o:p>Taxi Driver</div>
Pike Bishophttp://www.blogger.com/profile/17530003447171357184noreply@blogger.com4