viernes, noviembre 10, 2006

Música para los días de lluvia



Hay quien odia la lluvia. Los atascos, los charcos y esa baldosa suelta que al pisarla salpica el bajo del pantalón. Yo sólo odio los paraguas.

Supongo que todo es cuestión de saber cómo invertir el tiempo. En una tarde de lluvia podría alquilar en un videoclub una película larga, o vieja, o romántica, o todo a la vez si es posible; encendería el brasero y me dejaría seducir por los suaves arrumacos de las faldas de la mesa. Podría releer aquella mítica novela de aventuras de mi infancia y descubrir que en realidad estaba escrita por un tuercebotas. O mantener una larga e inofensiva conversación telefónica con alguien a quien no llamaba desde hace meses (o años). Quizá jugar a ser depresivo bebiendo whiskey sin soda de la vieja licorera del mueble-bar. Y si el día no lo permite, al menos podría trabajar en la oficina hasta que el lameculos de administración decidiera marcharse y saliera victorioso en esa absurda batalla.

Son las siete de la tarde y ya es noche cerrada. Un día horrible en el trabajo. Charla del jefe, plazos incumplidos y la chica de personal que sigue sin saber que aquello de detrás del ficus soy yo. Subo al coche. El limpiaparabrisas se disfraza de metrónomo y me hace pensar que no hay nada como escuchar música mientras se conduce en una noche lluviosa. Así puedo comprobar que Sabina también estuvo en este lado de la Nube Negra. Sentir como propio el lamento de Thom Yorke clamando por una muerte dulce en Lucky. Viajar a Japón para perderme en la traducción de Alone in Kyoto. Compartir una botella de licor y culpabilidad con Rick Deckard en Los Ángeles de 2019 mientras un saxo inunda la atmósfera con una partitura de Vangelis. Puedo parar el reloj de Jorge Drexler 730 días. Y si Phil Collins logra convencerme, puedo pensar que estoy otro día en el paraíso… ¿Qué tal un poco de soul? ¿Algo de cool jazz? ¿Davis, Coltrane, Chet Baker? Y sin duda él. Van Morrison. Deberíais probarlo. Tupelo Honey, Have I told you Lately that I Love you, Here comes the night… No sé, cualquiera vale.
Ni siquiera Travis Bickle, ese encantador inadaptado, fue tan feliz patrullando Nueva York con su taxi.

Por cierto, ahí fuera sigue lloviendo.


La felicidad es una mañana de domingo leyendo el periódico con la persona que amas y escuchando viejos discos de Van Morrison.

Andera (Uma Thurman) · Beautiful Girls

5 Comentarios:

At 10 noviembre, 2006 22:24, Blogger LOLITA LOP dijo...

A mi la lluvia no me gusta ... vamos me parece muy molesta para el día a día ...por desbracia vivo en una de las zonas mas lluviosas del país y sobre todo con mas falta de luz .. me entristece ....

pero tambien te digo que me encantan los días de fiesta envuelta en la manta tumbada al lado de Pino en el sofá escuchando la lluvia caer detrás del cristal

un beso

 
At 16 noviembre, 2006 02:23, Blogger ¿...? dijo...

Amo la música y las imágenes que genera la lluvia.
Es un placer...

 
At 24 noviembre, 2006 20:59, Blogger Celeste dijo...

Una selección dulce. Q

 
At 24 noviembre, 2006 21:00, Blogger Celeste dijo...

Decía...

Qué tal un blues que nos provoque quitarnos la ropa por dentro y dejar que la lluvia haga lo suyo allá afuera?

...

 
At 14 enero, 2007 23:21, Blogger perezreverte dijo...

Ojalá lloviera más de lo que lo hace.Saludos.

 

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