miércoles, noviembre 15, 2006

Las mujeres del Korova


Las mujeres del Korova son de esa clase a la que nunca podrías acompañar a la iglesia, a las que nada más verlas les echarías treinta años y un día. Son mujeres a tiempo completo, que aprendieron que el sexo débil solo es el que se hace con fiebre y eligieron al hombre equivocado para evitar decepciones. Como Anna Sapiro cuando se casó con Bill Goldstein, un próspero vendedor de diamantes judío veinte años mayor que ella. Anna asegura que pasó los tres años más aburridos de su vida hasta que decidió divorciarse.
_ Pike - me confesó una noche - ha sido un infierno. Nunca me acostumbré a que aquel hombre me hiciera el amor con las manos en los bolsillos. En este tiempo la relación sexual más intensa que tuve fue con un supositorio.

También las hubo mucho más necesitadas, que no podían permitirse dejar a nadie. No he podido olvidar todavía a Minnie Davenport, una pequeña criatura, delgada y huidiza de veintipocos años pero con los rasgos de haber perdido todas las batallas. Dave se apiadó de ella cuando le pidió trabajo y la puso de camarera. La chica había pateado la ciudad buscando un papel como actriz conservado su orgullo, pero es difícil sobrevivir en una ciudad donde los carniceros venden los escrúpulos con la casquería. Había pasado tantas penalidades que su aspecto era lastimero. Dave sí se acostó con ella y me confesó que cuando entró dentro de Minnie tuvo la sensación de que algún juez le acusaría de allanamiento de morada.

Habían otras mujeres. A las que habían enseñado que al cielo sólo se va en coches robados y se conformaban con tener el nivel cultural suficiente para llegar a la altura de la bragueta. Mujeres cuya frase más inteligente era una felación. Decían de Bette Madsen que había nacido en un prostíbulo en un descanso de su madre. Heredó de ella la profesión y una sólida afición a las drogas que la convirtieron en un ser deambulante y patético. Algunas noches, cuando pasaba por el Korova y convencía a algún incauto para chupársela en los baños, Dave aseguraba que era lo primero caliente que se metía en el cuerpo en semanas.

Pero dejadme que os hable de Mary Gazzo. Aquella chica solo podía haber sido actriz, modelo o puta. Era una de esas mujeres que cuando te decía “mírame” tenía que especificar “a los ojos”. Una sabía combinación de sangre, saliva y sudor la había convertido en pieza codiciada por famosillos, políticos y demás fauna habitual del Korova. No era fácil verla sola, pero una noche me acerqué y le dije que lo suyo no era una sonrisa, sino un delito de chantaje. Mary sacó rápidamente su soberbia y me dijo:
_ No te confundas Pike, un tipo como tú nunca podría conseguir sexo conmigo. No pude evitar sonreír y contestarle:
_ Te equivocas nena. Tu recuerdo me será muy útil cuando vuelva a casa esta noche.

Mira, cuando una chica tiene menos de veintiún años está protegida por la ley. Cuando tiene más de sesenta y cinco está protegida por la naturaleza. Entre medias es legal.
Matt T. Sherman (Cary Grant) · Operación Pacífico

7 Comentarios:

At 17 noviembre, 2006 13:33, Blogger fer. dijo...

Hola, le agradezco la invitación, y sobre todo su comentario en mi blog,

Usted tiene un lugar diferente, esta bueno compartirlo y como dice una frase….. nunca digas que no eh de beber de ese agua..

Y siga contando de esas mujeres, interesante!!!

Un saludo

 
At 17 noviembre, 2006 19:50, Anonymous Anónimo dijo...

No me quedó claro si el texto es tuyo o se trata de una selección escogida.

Si es lo primero, enhorabuena.

Si es lo segundo, enhorabuena.

Es bueno, me ha gustado

 
At 18 noviembre, 2006 22:42, Blogger kasandra dijo...

Voy a discrepar con lo último. Yo conocí a una mujer de más de sesenta y cinco a la que la naturaleza no protegió, ''lo suficiente''.

Saludos, me ha gustado...

 
At 20 noviembre, 2006 00:26, Blogger Dracula con Tacones dijo...

Caballero, excelente texto.

Me tendrá por aqui nuevamente.

 
At 20 noviembre, 2006 02:22, Anonymous Anónimo dijo...

interesante, las mujeres somos un mundo que los chicos duros no terminarán de conocer, cualquiera en cualquier lugar puede ser una "mujer del "Korova"

 
At 26 diciembre, 2006 12:10, Anonymous Anónimo dijo...

¿Y tú de donde sales, querido?. Un verdadero placer conocerte… aunque supongo que ya nos conocimos en el Korova pero no tuvimos el gusto de rozarnos.

Para mí un Dry Martín, por favor. El café para otras y para el whisky, no es momento ahora.
Beso.

 
At 25 enero, 2007 19:31, Blogger Noa- dijo...

No bebo whisky pero no me molesta el olor.

Gracias por tu paso y tus palabras en mi rincón.

Saludos

 

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