Llega pronto el veintiocho
Alberto estudia filosofía en la universidad a distancia. Sus conversaciones son profundas y atropelladas. Suenan a caja de música, carillón y anécdota gastada, como si abrieras el viejo arcón de la abuela. Me dijo una vez que podías considerarte viejo cuando ese alguien al que tanto admiras es apenas un niño comparado contigo. Admitía como segunda opción, que pudiera asociarse el paso a la madurez con la ampliación del rango de edad de las mujeres con las que mantendrías una relación seria sin reparos (para tener sexo, decía, nunca nos importó demasiado ese rango, ¿no crees?). Alberto tenía todo un vademécum de síntomas para esta incurable patología. Preferir evitar las resacas a sufrirlas estoicamente; y puestos a tener una, mejor con un reserva que con vino peleón. Dormir mal y no recordar qué soñaste. Olvidar toda aquella mamarrachada del carpe diem…
Elena es decoradora. Lleva años sin poner velas en su tarta de cumpleaños, pero sigue teniendo, de largo, el mejor culo de toda su oficina. En verano, su pantalón de lino blanco y su tanga invisible transforman el departamento de interiorismo en la Sol - Gran Vía de hora punta. Es redondo, firme y rebate empíricamente a ese tal Newton y su frutal Ley de la Gravedad. Pero ese no es el caso - nos desviamos Flavio -. Elena, es de recibo, se decanta por los signos físicos como detector infalible de la vejez. Curvas de la felicidad y pieles de naranja. Pavor a contemplar el escaparate de la pastelería porque ingerir azúcar, aunque sea por la vista, hace que nuestro culo tiemble un mes. Peinar canas. O peor, no peinar nada. Resacas que duelen. Generación espontánea de patas de gallo. 3 en 1 para engrasar las articulaciones. Me duele la rodilla, eso es que va a llover… Y el signo definitivo. Ese ecosistema de matorral rubio que aflora del interior de tu pabellón auditivo. Estás jodido. Date por muerto, vaquero.
Jonás es una canción de Los Secretos con piernas. Un amasijo de melancolía y pesimismo embutido en un disfraz de faquir. Siempre dice que quizá todo sea más simple y sencillamente comenzamos a envejecer el día en que nos preguntamos si lo somos. Los amigos ya no planean el futuro, ni discuten el presente, sólo rememoran el pasado. Como Jorge Manrique y su cualquier tiempo pasado fue mejor. Sospechas que Chandler era más joven que tú el día que se quedó atrapado en un cajero. Estás más cerca de la edad de los hermanos Fratelli que de la de los Goonies. Hay días en los que Jonás estalla: ¡Los juegos de Atari sí que eran adictivos, joder! ¿Os hace una partida al Scalextric? ¡¡Pero si yo era heavy!!
¿Tan horrible es ser viejo? ¿Tan malo es simplemente madurar y olvidar a Peter Pan, a Nunca Jamás, y a esa traidora de Wendy? Soplar viejos castillos de naipes. Aceptar rutinas. Recordar batallitas y no vivirlas. Pronunciar aquello de “los jóvenes de ahora…”
Me temo que sí. Putos cumpleaños. Reputos si no hay quién celebrarlos.
La vejez es la única enfermedad de la que uno ya no espera jamás curarse.
Mr. Bernstein (Everett Sloane) · Ciudadano Kane
15 Comentarios:
Me temo que sí, que es duro. Sobre todo por lo que se espera de ti a determinadas edades y no estás seguro de poder alcanzar.
A mí me gustaría retroceder en el tiempo pero con la experiencia acumulada y las ganas de ahora de hacer las locuras que me dejé en el tintero cuando supuestamente eran propias de otra etapa anterior.
Saludos y que te sea leve,
Grace
Viejo: que se me caiga el pelo, que me apeste la boca, que los músculos se me chorreen....que e iba a decir, ah si que se me olviden las cosas.
Entonces que alivio cuando despiertas, y te ves al espejo, ah es sólo una puta pesadilla. Si hasta los 45 no he muerto, cogeré mi Taurus 9mm y me pagaré un tiro, lo juro, será en el baño para no manchar el piso, y que nadie tenga que molestarse limpiándolo.
No obstante vivir hasta los 45 no me va a salvar de ver como los años pasan y no alcanzar lo que anhelo. A la mierda.
Me retracto de lo antes dicho, cuando sea la hora estaré esperando a la vejez con un cigarro en la boca, y una botella de Jack Daniel's para engañar el alzheimer. Los tipos duros no le temen a la muerte.
Saludos
pd: por ahí mis comentarios andan apareciendo en anónimo, algo extraño pasa en el Korova
Grace. No es lo que se espere de nosotros a una edad, sino lo que esperábamos nosotros de esa edad. Vuelve cuando quieras.
Jota. Con tus comentarios ocurre que, ni aunque aparecieran en rosa y firmados por una tal Lady X dejarían de llevar el sello genuino de Ciudad Muerta. En el Korova siempre ocurren cosas, extrañas o no.
a mi me falta mucho todavía, la abuela sí es muy vieja, pero no quiere hacerse liftins ni nada de eso, que dice que son cosa del demonio.
pa ti va un voto! pa que veas que escribir un blog, aunque seas un tipo duro, mola.
Hubo una vez en que éramos jóvenes y lozanos, ahora somos viejos y apestamos...
"HOW TO TALK DIRTY AND INFLUENCE PEOPLE"
(Lenny Bruce)
Dicen que es durisimo envejecer..
aunque algunos como mi madre, dicen qeu es lo mejor que hay porque haces lo que se te da la gana, y nadie te ve...
mi vieja es sabia, asi que me quedo con su opinion.
Un beso medio duro para vos
Petra
Así que nos pasamos la niñez y parte de la juventud soñando con ser mayores y cuando al fin lo somos... descubrimos que ser mayor es una puta mierda. ¡Joder, si es que no nos conformamos nunca!
Creo que uno de los síntomas más definitivos de esa patología llamada vejez es el miedo a la muerte; ni por recomendación del médico, las autoridades sanitarias o un programucho de TV, no pienso dejar la sal en mi vida, ni la carne roja, ni el tabaco, ni el alcohol (aunque sea del barato), ni las emociones fuertes y el riesgo, pues esa es mi manera de combatir el tiempo y homenajear al gran Peter Pan. Aunque os diré un secreto, para mantenerse joven basta con sonreír (mientras se hace lo que a uno le venga en gana).
Txomo no se a que te refieres, una 9mm es lo mismo aqui y en la china. Y si alguien osa poner una taurus en su boca dudo que vaya solo a batir huevos, aunque en tu caso talvez asi sea. Hacerse viejo es perder los sueños ok, no lo discuto pero un mustang, un fender que putos sueños tienen... y los blues vienen de lso sueños rotos. Las personas envejecen, las cosas como bien dices se vuelven clasicos. Que digas que Clint Eastwood con 70 años podría pegarme una paliza sin dejar caer el sombrero es solo una estupidez de un tipo que no conoce mis puños, ni de mis azañas con los osos grises. He despellejado mas años osos grises que los que tu has utilizado batiendo huevos.
Puede que un día entre al Korova y ya no conozca a nadie en todo caso eso será muy bueno para el dueño, será un signo de que la clientela se ha renovado.
Aunque la verdad si es de confesar algo ya me siento un poco viejo, no tienes algun unguento para los huesos que me recetes.
Espero que no sea tan terrible hacerse viejo, que si no vamos apañaos.
Gran blog, y con un gran título! Y también me ha encantado especialmente la frase "Jonás era una canción de los Secretos con piernas" XDD.
Me verás a menudo por aquí! Salud!!
me pá que es una cuestión de actitud; porque si el único signo de vejez depende de si el culo lo tenés caido o parado, pobres las que nunca tuvieron un bello derrière. peino canas desde los 29, mi cuerpo no es el mismo desde que parí, es más, me traiciona cada tanto. pero tengo luz en la mirada, tanta que puedo atravesar la niebla del Korova y encontrar el hueco donde acomodarme para seguir escuchando historias.
Uno cumple años y se hace viejo y arrugado... Pero todo depende del espíritu del individuo, hay quien es viejo a los 20 y quien es muy joven a los 80.
Un blogsaludo.
Jota, Txomo. Cambiad la Beretta y los puños por whiskey barato. Calienta el cuerpo y acaba matando igual. Invito yo.
Chupetina, Unmasked. No soy de los que opina que el diablo sabe más por viejo. Enamorado como el de Cazotte o despiadado como el de la Biblia, los que más saben son los malos. Un beso (duro nunca) para ambas.
Alex. Pike me dijo una noche que ni la maldita bruma del Michigan ocultaría tus ojos. Acomódate donde quieras. Pero cerca.
Julio, Comediante, Mandril, Dammy. Gracias por venir. Si aguantáis el sabor a hiel y el olor a tabaco viejo, volved cuando queráis.
El paso del tiempo no se puede detener. Lo asumes o te pasas la vida lamentando tu edad o que tiempos pasados fueron mejores. Cada época tiene su momento especial, no siempre tendremos veintitantos. En cada uno está encajarlo y no siempre es fácil.
Magnífico texto. Un beso, caballeros.
cerca me gusta
Te dejo unas palabras de Saramago, quizá te respodan algo:
"No estamos hechos de fragmentos o, si es así, están unidos. Es inútil separarlos: somos como una mano cerrada, cada dedo no está por su parte. Si me miro, no encuentro fragmentos, sino una persona en la que todo se puede encontrar. No hay aspectos en mi vida más gratificantes que otros. Conocí a Pilar cuando yo tenía 63 años y a esa edad uno ya no espera que ocurra nada extraordinario; pensaba que todas mis experiencias intensas ya las había vivido. Pues no: he tenido que esperar a los 63 para que algo nuevo se me presentara y no era sólo algo nuevo, sino extraordinario, por el hecho de haberla conocido. Yo tenía dos o tres libros importantes. Era un escritor mayor, pero con poca obra. Lo que he hecho en la literatura lo he hecho en los últimos 20 o 25 años, la parte final de mi vida. Se puede seguir trabajando si uno tiene salud, porque no parecía que mi vida fuera a ser mucho, pero he acabado por tenerlo todo, incluido un premio Nobel."
Besos y años.
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