Extrañas parejas

Porque nadie podría explicar el caso de Jordan Gars. Muchacho, aquella mujer te obligaba a no parpadear por miedo a no repostar en cada punto y coma de su conversación o a dejar de aspirar el rubor de sus mejillas. Era Audrey Hepburn paseando un flequillo imposible en una Vespa romana en blanco y negro. Era Rita Hayworth culpando a Mame a ritmo de unas caderas contorsionistas. Y era cada una de las mujeres que amamos y nos rechazaron. Ni agitadas ni mezcladas, sólo en perfecta comunión y armonía, la jodida cuadratura del círculo. Que aquella mujer despertara cada mañana junto a Steve Rudolph, un tipo con la catadura moral de una puñalada por la espalda y con los escrúpulos a estrenar, el trigo menos limpio de todo el East Side, evidenciaba la escasa validez de aquella teoría. Dios mío Pike, aquella injusticia hubiera podido convertir a la mitad de la población del Vaticano al nihilismo.
Porque nadie se atrevería siquiera a especular qué tren había dejado a Bradley Tripp en una estación abandonada. Tripp, un prometedor abogado capaz de cerrar tratos con la sonrisa, la mano siempre tendida y un barniz impermeable de buen tipo. Un mejor amigo pluriempleado que podría haber tomado una dirección distinta cada noche decidió girar hacia Jess Argivel, un tipo con la moral de gelatina cuyo ángel de la guarda perdió las alas en una mala mano. Incapaz de esbozar sonrisas felices, aquel fulano había fracasado cada vez que quiso ocultarse que era un fracasado.
Pero permanecían juntos, hundidos en la barra, maldisimulando sus turnos de guardia para vigilar el escote de Minnie, y con el diálogo hueco de un guión de comedia slapstick.
Los más viejos aseguran que hasta dios y el diablo quisieron volar por los aires aquella tesis popular. Lo cierto es que el diablo sigue apostado todas las noches en la puerta trasera del Korova sosteniendo el mismo cigarrillo. Lo cierto es que si dios pasó por este club, olvidó dejar tarjeta de visita.
_ No eres perfecto amigo. Y voy a ahorrarte el suspense ... la chica que conociste tampoco es perfecta. Lo único que importa es si sois perfectos como pareja.
Sean Maguire (Robin Williams) · El indomable Will Hunting